Las elecciones en Galicia del pasado 18-F habían levantado mucha expectación y las urnas no han defraudado. Había que comprobar el tirón de Alfonso Rueda, sucesor de Núñez Feijóo, el castigo al PSOE por la amnistía que Pedro Sánchez va concretando con los independentistas, el crecimiento del BNG, y hasta el batacazo de Sumar, con una líder estatal gallega como Yolanda Díaz que además es vicepresidenta del Gobierno.
La expectación la avivó el CIS de Tezanos, que fue la única encuesta que pronosticaba que el PP perdería la mayoría absoluta. Entre 34 y 38 diputados, siendo la mayoría absoluta los 38, por lo que alimentaba esa opción de un cambio de gobierno en Galicia.
Aunque Tezanos ya nos tiene acostumbrados a encuestas que “casualmente” reflejan lo que le interesa a Pedro Sánchez, hay que recordar que fue la única encuesta que hizo esa previsión, y el CIS es quien más medios tiene para ajustar encuestas con amplio margen de estudio. Hace años, se decía que había que esperar a la encuesta del CIS, que era la mejor y más fiable: ahora, es al revés. No cansarnos de los abusos forma parte del vivo y activo sentido democrático: Tezanos debería dimitir ya. Se ríe de nosotros, una y otra vez, alegando que “una encuesta es una encuesta”.
He hablado con varios gallegos que no están vinculados a la política ni al periodismo, para conocer su opinión. Me llama la atención que destacan que los gallegos, sobre todo, reaccionan y rechazan todo lo que suene a engaño y mentira; que no es cierto que los gallegos no saben si “suben o bajan”, que saben muy bien lo que quieren; y que lo que quiere la mayoría de los gallegos es trabajar, cuidar la familia y volcarse en su tierra, a la que aman como el que más y que ha sufrido la emigración como el que más.
Curiosamente, varios no han querido trasladar su opinión a ningún resultado electoral concreto, a ningún partido ni líder. Sí que han percibido que se quería “jugar” con ellos y que las mentiras les soliviantan.
En ni opinión, el CIS de Tezanos puede haber favorecido al PP, porque ha movilizado a gallegos que no deseaban un cambio de gobierno, y menos el independentismo del BNG y la política sectaria del PSOE a nivel nacional, que no querían para Galicia. Unas urnas de apoyo al PP, con su quinta mayoría absoluta, y de castigo a los socialistas. Una buena parte de los que votaban a los socialistas han votado al BNG, y por eso es un independentismo gallego que hay que coger con pinzas, de rebote ante las mentiras de Pedro Sánchez. Preocupante auge independentista achacable a Pedro Sánchez.
Elecciones autonómicas, por supuesto, pero con claras connotaciones nacionales. Pedro Sánchez ahora dice que hay que potenciar a los líderes autonómicos, cuando en Galicia se quejan de que han sido impuestos totalmente por Ferraz. Abel Caballero, el alcalde socialista de Vigo desde 2007, que es un activo electoral de primer orden, ha comprobado ahora la clave Sánchez: en Vigo ha ganado el BNG, y los socialistas en tercer lugar. ¡Que le hablen a Abel Caballero de que la culpa es de los líderes gallegos!
Los partidos políticos triunfadores han sido tres: PP, BNG y Democracia Ourensana. Los partidos políticos perdedores han sido otros tres: PSOE, Sumar –la segunda visita de Yolanda Díaz al Papa no le ayuda una comunista como ella, aunque se empeñe– y Podemos, que se ha visto superado por PACMA. El caso de Vox requeriría un análisis más detallado, con sus 32.493 votos, más que entre Sumar y Podemos, pero ¿la irrelevancia es un valor?
El candidato socialista, José Ramón Gómez Besteiro, debe dimitir, ante el peor resultado de la historia para los socialistas gallegos. Inicialmente, ha dicho que se mantendrá en la oposición. Debe dimitir, y apuesto a que lo hará, y no muy tarde.
Desde el PP nacional dan por muerto a Pedro Sánchez y el PSOE. No deben hacerlo, porque Galicia no es un espejo de España. Puede haber un gran retroceso del PSOE, pero pueden crecer los partidos independentistas y Sumar, ya que hay un sector importante de los españoles que no votan a centro-derecha, pase lo que pase. Y Vox debe analizar su estrategia, si de verdad cree que España pasa por un momento de emergencia nacional.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.