EL ENTIERRO DE JOSÉ ANTONIO y el progresista Joan Fuster

(Continuación de La pirámide de Mussolini)

 

«Las dos únicas cosas serias de esta geografía son la Guardia Civil y el Banco de España» 

(Declaraciones de Josep Pla a Joan Fuster en Palafrugell, 6 de marzo 1972)

Hace años, en la Navidad de 2002, el entrañable José Pont Segrelles, sobrino del pintor José Segrelles, me regaló un lote de libros sobre su tío. Hoy, revisándolos, me ha sorprendido una magnífica acuarela que, con la maestría del genio de Albaida, representaba el traslado de José Antonio Primo de Rivera de Alicante a Madrid. El ideólogo falangista, encarcelado meses antes de iniciarse la Guerra Civil, fue fusilado a pocos km de mi casa el 20 de noviembre de 1936. Tras la victoria franquista, se decidió que el cuerpo del asesinado fuera trasladado a El Escorial. Considerado uno de los mejores ilustradores europeos, juntó a Gustavo Doré, el artista valenciano ideó una grandiosa obra en un espacio reducido de 38 x 45 cms. Con carga simbólica imponente, que enlazaba con la idea de Imperio que acariciaba un ingenuo Franco, el león, el águila, las flechas de Fernando el Católico, la niña y el niño (‘flechas’ juveniles de Falange), la palma del martirio, la paloma…, acompañaban a los 12 falangistas que portaban el féretro bajo el fúnebre y nocturno cielo de estrellas y brazos con el saludo fascista. No se escucha, pero se intuye, la melancolía wagneriana de El Ocaso de los Dioses.

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  • Ricart Garcia Moya es Llicenciat en Belles Arts, historiador i Catedràtic d'Institut de Bachillerat en Alacant.