UN 9 DE OCTUBRE MUY VALENCIANISTA, A PESAR DE LA MANIPULACIÓN DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN.
El 9 de Octubre se celebra la entrada en la ciudad de Valencia del Rey de la Corona de Aragón Jaime I, en 1238. Jaime I entraba triunfalmente en Valencia liberándola del dominio musulmán, después de haber pactado el 28 de Septiembre la capitulación de la ciudad con el rey moro de Valencia Abul Djumayl Zayyan.
Este histórico día es el elegido por la Generalitat Valenciana para celebrar el día del antiguo “Regne de Valencia”, hoy llamada oficialmente “Comunidad Valenciana”, como decisión salomónica, ante la intención de la izquierda de denominarla “Païs Valenciá”, denominación que sutilmente pretendía ser parte del concepto independentista de “Països Catalans”.
La injerencia catalanista, con el beneplácito del PSOE y los complejos del PP, han hecho que al igual que se cedió en el histórico nombre, acordando uno insípido, se cedió también en el proyecto de la “unitat de la Llengua” imponiéndose en las universidades y colegios, una enseñanza de un valenciano artificial que todos reconocen como catalán. Medios de comunicación y políticos se muestran complacidos con esa suplantación de la identidad valenciana, que nos conduce al proyecto imperialista de “Els paísos catalans”.
El virus catalanista nos llega a los valencianos en modo de manipulación histórica cargada de vínculos imaginarios con Cataluña, victimismo con España y el parecido de la lengua como principal elemento diferencial con el resto de españoles. La vacuna pues para que el virus no nos afecte es el conocimiento de la historia.
Sin necesidad de ahondar en ella, el argumento histórico más simple es, que lo que somos hoy (valencianos y españoles), es el producto de los acontecimientos del pasado. Por eso los independentistas, para cambiar lo que somos por lo que quieren que seamos, un país de la nación catalana (països catalans), modifican dichos acontecimientos o se centran en unos muy concretos, aderezándolos adecuadamente, para crear nuevos relatos históricos que favorezcan los vínculos con Cataluña y nos sintamos victimas de supuestas injusticias históricas cometidas en el pasado por los españoles.
En cuanto a la historia, inventan una falsa repoblación, del recién conquistado Reino de Valencia, por catalanes. Esa repoblación no pudo producirse en una cantidad relevante (se calcula un porcentaje de repoblación del 2% de la población total), sencillamente porque tan solo el condado de Barcelona pertenecía a la Corona de Aragón y habría que esperar 20 años (1258), para que por el Tratado de Corbeil, el Rey Francés Luis IX cediera al Rey Jaime I de Aragón los condados de Besalú, Vallespir, Peralada, Ausona, Ampurias, Urgel y Cerdanya. Además todos estos condados no se unificaron como territorio catalán hasta 1521, cuando el Rey de España Carlos I nombró Virrey de Cataluña al Arzobispo de Tarragona, don Pedro Folch de Cardona. Por lo tanto Cataluña no existió como región hasta esa fecha, resultando imposible actuar antes de la misma como entidad histórica unificada. De todo ello podemos concluir que, si Cataluña no existía como tal en 1238, es imposible que como entidad ayudase a la conquista de Valencia y si carecía de unidad política, jurídica y geográfica, ¿cómo iba a tener unidad lingüística si lo que allí se hablaba era un mosaico de dialectos procedentes del Provenzal?
Aún así, en lo referente a la lengua, nos encontramos ante una batalla perdida, pero no por ello cierta y por tanto injusta, y es que a pesar de que oficialmente la denominación de la lengua sea catalán y que la mayor parte de los valencianos haya llegado a asumirlo como “unitat de la llengua”, la historia demuestra una mayor relevancia del valenciano, que tuvo gramática propia (1570) mucho antes que el catalán (1814), o que la primera biblia impresa en un idioma distinto del latín lo fuera en valenciano en 1477 o que el primer diccionario en valenciano fuera de 1489, mucho antes que el catalán o el castellano, el Liber Elegantiarum, obra del notario o escrivent valenciano Joan Esteve.
Pero el pueblo valenciano ha demostrado hoy llenando las calles de Valencia con señeras valencianas y banderas de España, que esa despersonalización que pretende la administración no surte efecto sobre la mayor parte de los valencianos. Por la mañana, en la procesión cívica, miles de valencianos ondeando banderas españolas y valencianas, han abucheado y silbado el paso de las autoridades, sobre todo al pancatalanista alcalde de valencia Joan Ribó y a la Vicepresidenta de la Generalitat Monica Oltra, ambos del partido catalanista Compromis. Pero esto no es noticia para nuestros medios de comunicación, no interesa ver al valencianismo españolista humillar a los independentistas.
Tampoco es noticia que la manifestación Valencianista de “mi tierra”, “Avant”, “GAV” y “España 2000”, haya sido muy superior a la de los independentistas de Arran y Acció Cultural del País Valenciá, que habían organizado autobuses desde diversos puntos, y también un tren desde Castellón. Sus mensajes violentos “No pasarán”, “Valencia, tumba del fascismo”, se los han tragado ante la inferioridad numérica y los abucheos recibidos.
Nuestras manipuladoras televisiones, han puesto el acento en “la violencia de la ultraderecha”, en un pequeño incidente de algunos manifestantes con la policía, al proteger ésta a la minoría independentista, tildando de ultraderechistas a quienes los abucheaban, cuando lo que llevaban eran banderas españolas constitucionales y senyeras. Han querido demostrar lo violentos que son los de extrema derecha, pero han ignorado, como no podía ser de otra forma, la agresión que unos independentistas de la manifestación de Acció Cultural del País Valenciá, con la cara tapada, han realizado sobre la columnista de OKDIARIO, Cristina Seguí y de la que existe prueba en video; pero ni siendo una agresión contra una compañera periodista, los asquerosos medios de comunicación españoles, son capaces de darlo como noticia, no es la imagen que hay que transmitir.
Como en los peores momentos de la historia, es el pueblo el que se rebela contra la agresión cultural que nos llega del norte en forma de políticamente correcto y pensamiento único, transmitido por unos medios de comunicación insensatos, sectarios y partidistas. El pueblo se siente valenciano y español, y no va a permitir que le borren su historia, ni que le impongan otra lengua, ni que le invada otra cultura. El pueblo valenciano luchará contracorriente para que nadie le robe su identidad.
Víctor Pascual Viciedo Colonques es Presidente de la Associació de Llauradors Independents Valencians (ALIV)