Es de plena actualidad la noticia: “Hacienda empieza a rechazar la deducción por “donativo” de las cuotas de padres en colegios concertados.” “La ministra Montero dice que no son donativos y obligará a corregirlo a quienes se lo hayan desgravado”... sinceramente creo que es una nueva estrategia contra la libertad de enseñanza.
Las amenazas a las libertad de enseñanza provienen casi siempre del intervencionismo estatal, de la estatificación. La escuela única es el objetivo. Y se suprime la libertad de los padres, con “un acto de vandalismo educativo”.
El estado es administrador, y no propietario, de un dinero que es de todos. Y si es de todos, ha de ser también para todos. Decir “el dinero del Estado es para las escuelas del Estado” es un sofisma irracional: el disfraz de una actitud totalitaria. La verdad más elemental es ésta: “el dinero de las familias, para las escuelas que quieran las familias”. Casi resulta doloroso insistir en ideas tan elementales.
Este es –dice Ortega- el mayor peligro que amenaza a la civilización: la estatificación de la vida, la absorción por el Estado de los individuos, las familias, los grupos sociales. Ante la libertad de enseñanza no es ético desentenderse. Por eso urge que todos (profesionales de la enseñanza, familias, …) empleemos menos tiempo en lamentos estériles y más en unirse para defender ese derecho.
El objetivo es claro: conseguir que las leyes, de hecho, garanticen a todos los padres elegir la escuela y el tipo de educación que desean para sus hijos.
Mª Ángeles Bou Escriche es madre de familia, Orientadora Familiar, Lda. en Ciencias Empresariales y profesora