Andalucía, la comunidad autónoma con 8.4 millones de habitantes, la más poblada de España, vota el próximo domingo. Si toda elección autonómica acapara el interés nacional, este dato realza más la importancia del 19-J.
Realzar unas elecciones no significa otorgarles más valor del debido, sino simplemente es destacar lo evidente. Los resultados han de analizarse en clave autonómica, sin pretender extrapolarlos al ámbito estatal: es lo que pretenderán los partidos políticos que ganen, y los que pierdan insistirán en que hay que ceñirlas al ámbito andaluz.
No hay que olvidar que Andalucía tenía gobierno socialista mientras José María Aznar sacaba mayoría absoluta a nivel estatal y también Mariano Rajoy.
También conviene tener en cuenta que hay millones de andaluces –de primera, segunda o tercera generación- que viven y votan en otras comunidades autónomas. ¿En qué medida sienten el cambio operado en Andalucía, tras casi 40 años de socialismo que parecía eterno, hacia un gobierno del PP, moderado y del agrado de los andaluces en estos años de la mano de Juanma Moreno?
Es interesante escucharles. Votan, lógicamente, en clave autonómica, pero manifiestan a nivel estatal un alejamiento del PSOE, “por lo que ha hecho en Andalucía, con la vergonzosa corrupción de los ERE, y se merece quedarse en su casa”. Atentos a esta reacción de los andaluces que se avergüenzan del PSOE para el futuro en unas elecciones generales. Quieren dar una patada al PSOE.
Ambas posturas postelectorales tienen su parte de razón. PP y Vox esperan resultados muy positivos, mientras el PSOE se prepara para sus peores resultados. De Ciudadanos no vale la pena hablar: va camino del cementerio, sin más. Podemos siguen en caída. ¡Quién se hubiera atrevido a pronosticar que Podemos y Ciudadanos, los partidos emergentes, iban a tener esta evolución!
Las encuestas son muy favorables al PP, a Juanma Moreno. Queda la incógnita de si sacará mayoría absoluta –que puede sacarla-, y qué pasará en caso contrario con Vox, porque pienso que nadie se cree las palabras de Macarena Olona de que, con un solo voto que necesite el PP, Vox ha de estar en el gobierno andaluz… o no gobernará el PP.
En campaña electoral se dicen auténticas barbaridades, con el fin de arañar votos. Vox teme que se vayan votos al PP para que saque mayoría absoluta, y el PP teme que algunos puedan votar a Vox para hacer de contrapeso en cuestiones ideológica al PP.
No llegará la sangre al río si se produce lo que parece: PP y Vox necesitarán llegar a un acuerdo. Juanma Moreno amenazó con repetir elecciones, y lógicamente Alberto Núñez Feijóo le dijo que… no volviera a decirlo.
Cierta dosis de “castigo” puede deparar sorpresas, además de un 19-J con sol y playa que arroje sorpresas en las urnas. Nada está decidido.
Tras décadas de gobierno socialista, los andaluces están avergonzados de la corrupción socialista (más de 600 millones en los ERE), por mucho que sea atronador el silencio en no pocos medios de comunicación. Me sigue pareciendo un error electoral socialista que haya elegido un candidato como Juan Espadas, consejero con Griñán y con Chaves. Como táctica, tenían que haber buscado una cara nueva. Asombra que el PSOE haya elegido un candidato como Espadas, en vez de romper con un pasado que los andaluces están mostrando que quieren olvidar.
Los andaluces están satisfechos de su cultura, y por eso mismo están hartos de que el PSOE haya gobernado considerando Andalucía “su” cortijo particular. Las teorías de los ciclos políticos o del cronificado voto socialista andaluz merece ya un análisis en profundidad.
Las elecciones andaluzas tienen unas connotaciones propias, y a la vez reflejan y anuncian tendencias nacionales. No se deben extrapolar íntegramente al ámbito nacional. A la vez, habrá que analizar los resultados de la comunidad autónoma más poblada con proyección de futuro.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.