El exministro de Transportes, exsecretario de Organización del PSOE y exsocialista –todo “ex”, salvo diputado, porque sigue siéndolo en el Grupo Mixto– ha hecho caso omiso de lo que le pedía Pedro Sánchez, que era entregar el acta de diputado.
Ábalos, que tanto ayudó a Pedro Sánchez a encumbrarse en el PSOE, ha dicho que tiene “muchas respuestas, y las iré dando”. Sus lágrimas no esconden el gran interés que tenemos los españoles por saber esas respuestas, porque la situación actual da asco, y recojo casualmente lo que ha afirmado Francina Armengol, presidenta del Congreso de Diputados, y que parece que también ha de responder a algunas preguntas sobre el caso Koldo y las comisiones en plena pandemia.
Ahora surge todavía la pregunta de porqué prescindió Pedro Sánchez de José Luis Ábalos hace tres años, cuando era notorio que le debía mucho. Indudablemente, solo Pedro Sánchez puede responder a esta pregunta, pero a los periodistas nos llegó el vago rumor de viajes y negocios de Ábalos en el extranjero, todo muy difuso.
Cuando Pedro Sánchez ha afirmado que se compromete a aclarar todo “caiga quien caiga”, la actividad en las redes sociales se ha multiplicado, tanto por utilizar el término de “comprometerse” como por el de “caiga quien caiga”.
Los compromisos de Pedro Sánchez no tienen recorrido, y los españoles lo sabemos. Lo sorprendente es que siga gobernando desmintiendo todas sus palabras durante años sobre los independentistas y la amnistía, gracias a los votos de unos millones de españoles. Sorprendente de verdad, salvo por la sencilla explicación de que hay un sector de la población que siempre vota al PSOE pase lo que pase, o votantes que reaccionaron ante la hipótesis de un Gobierno PP-Vox y prefirieron a Sánchez.
El “caiga quien caiga” de Pedro Sánchez tampoco es creíble. Empezando por esa media docena de cartas que el abogado aragonés Ramiro Grau envió a Moncloa en 2020 y 2021 advirtiendo de toda esta corrupción con una empresa zaragozana: ni recibió acuse de recibo. Tiene mucha más credibilidad Ramiro Grau que Pedro Sánchez.
Koldo es un personaje esperpéntico y turbio, con condenas y actuaciones que hacen increíble que fuera asesor del ministro Ábalos, y con un poder de negociación insólito.
No solo Ábalos tenía gran confianza en Koldo, también Pedro Sánchez. En “su” libro “Manuel de resistencia”, se recogen unas palabras de Pedro Sánchez que ahora arrojan algo de luz: “Las dos noches anteriores Koldo, un miembro de la candidatura, se quedó a dormir en la oficina para custodiar mis avales”. ¿Qué no sabía nada Sánchez? Al menos tenía una gran confianza en él.
Este caso de corrupción en plena pandemia genera especial repulsa, cuando todos sufríamos el confinamiento y vimos morir a tantos españoles. Si causa más rechazo o no que los EREs de Andalucía, no lo sé, pero no hay que descartar que se lleve por delante al propio PSOE.
Hace un tiempo, yo negaba que en España pudiera desaparecer el partido socialista o bien ocupar un lugar simbólico –siguiendo los casos de los partidos socialistas francés, griego e italiano-, pero ahora pienso que puede suceder. Mérito de Pedro Sánchez.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.