El primer whatsapp que recibí tras ganar la Eurocopa fue de un amigo, Víctor Vázquez. Es farmacéutico: hace honor a esa tradición de farmacéuticos humanistas, interesados y expertos en diversas facetas artísticas, tales como la poesía, la música, la literatura o la pintura. Era un dibujo suyo, con su firma, con la figura de un jugador de nuestra selección, y una única palabra: Gracias! Me pareció que resumía los sentimientos de toda España, y no lo digo solo por amistad.
Los motivos de gratitud son evidentes. Nuestra selección nos ha hecho disfrutar del fútbol y de nuestros jugadores como nunca. Ha sido una exhibición de inicio a fin, siete partidos para enmarcar, todos ganados, con un estilo de juego propio y ya admirado en el mundo. Un fútbol divertido, sin aburrimiento, es posible: España lo ha demostrado.
Se dice que España no estaba entre las favoritas antes de comenzar la Eurocopa. Todo cambió en un solo partido, el primero, contra Croacia, borrando literalmente del campo a una selección que llegaba con más vitola que la nuestra, y se fue con un 3-0 que pudieron ser algunos más. De acuerdo con que no se puede extrapolar de un único partido: sin embargo, en ese caso se vio que había un esquema, un estilo propio, una soltura alegre y variada en el juego, que no eran flor de un día.
Eso de que no era favorita, es aplicable a casi todos, salvo a los propios jugadores de la selección, que sí creían en sus posibilidades, y veían que podían hacer algo grande, como así ha sido. Mérito inicial innegable de los jugadores, que avisaron de que se veían con fuerzas y capacidad.
Tenemos un equipazo, ahora el mejor del mundo. Y con un futuro por delante que ilusiona. Si se analiza nuestro once titular, se comprueba que la mitad juegan en España, y la otra mitad – redondeando – en equipos de primer nivel y como titulares indiscutibles: Fabián (PSG), Rodri (Manchester City), Olmo (Leipzig), Cucurella (Chelsea) e incluyo a Laporte (Al-Nassr F.C.). Una conclusión: juegan en nuestra Liga y los jugadores españoles están muy cotizados en el extranjero, nos abastecemos y abastecemos a equipazos, dato que conviene tener presente.
Del estilo de España ahora, se ha hablado mucho en poco tiempo. Es un fútbol nuevo, ofensivo, todos defienden y todos atacan, jóvenes y maduros compenetrados y complementarios. ¿Quién dio el pase certero para el decisivo gol de Oyarzábal? Un defensa lateral, Cucurella, con efecto y medido. ¿Y ver a Nico, Morata o Lamine defendiendo como uno más?
Mencionar a Cucurella me lleva a compararle con Puyol: tiene la valentía, la rapidez, la contundencia de Puyol, que tantos años nos dio de alegrías, con su pundonor y lucha permanente. En la defensa viene bien un jugador así, que tapa agujeros, que sale al corte, que no solo mira su zona. Y Cucurella es más técnico que Pujol: lo mejora.
De la Fuente merece una mención especial tras esta grandísima y espectacular Eurocopa. Elegante, discreto, comedido. Cuando no está de moda la práctica religiosa, él la ha expresado con naturalidad, destacando que rezar le da fuerza y seguridad. No es que hayamos ganado la Eurocopa por las oraciones de De la Fuente, y muchos españoles más, pero es señal de que tiene una personalidad propia y cultivada, ajena a modas, dimes y diretes, y que se centra en lo principal: trabajar bien, con constancia, aprovechando las cualidades de los jugadores que tenemos. Para jugar bien al fútbol y a cualquier deporte, hay que tener condiciones y tener espíritu de superación, de lucha. Desde luego, el recurso a la oración es una ayuda en todo caso, nunca un freno.
Porque me ha ilusionado la selección, he leído entrevistas a algunos de la selección. Por ejemplo, a Fabián, con sus penurias económicas y una madre para hacerle un monumento. De la Fuente ha afirmado que es una selección de ejemplo de fútbol y de valores. A Lamine le aconseja humildad. Valores, virtudes, recursos humanos: el propio domingo tuvimos otro ejemplo, el de Carlos Alcaraz. Tenemos un espejo para todos, sobre todo para los jóvenes.
Estoy convencido que muchos equipos, selecciones o no, están analizando los secretos de nuestra selección. Nada ha sido regalado, merecido paseo triunfal, recórds. Enfrente, el paupérrimo fútbol de Inglaterra, Francia e Italia, y la mediocridad de Alemania. Necesitan un “reset” integral, habrá cambios de entrenadores, pero ojalá no tengan a su disposición ese trío de oro que son Rodri, Nico y Lamine. Es su problema: nosotros, a disfrutar agradecidos durante unos años ¡En el Mundial nos vemos!
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.