Son innumerables las protestas tras la ofensa de Lalachus en Las Campanadas, en TVE. Varios amigos y conocidos se han dirigido a TVE para protestar. A uno de ellos –seguro que lo ha hecho a muchos más– le ha contestado la Defensora de la Audiencia de RTVE, Rosa María Molló, que sustituyó en el cargo a María Escario.
Es positivo que haya contestado al mail de protesta, el mismo día, 8 de enero. Denota profesionalidad y educación. La carrera profesional de Rosa María Molló (Lérida, 1963), en radio y televisión, curtida en mil batallas –en sentido estricto, en cuatro continentes y en 15 países-, merece respeto y hasta admiración.
Ya que contesta al mail el mismo día que lo recibe, es indudable que tendrá algún modelo o modelos de contestación, y personas para esa tarea, porque es una contestación extensa. Según se exponga la queja: un modelo A, un modelo B e incluso un modelo C, para quienes se declaren no creyentes, o católicos no practicantes, o católicos practicantes, por ejemplo. El “reenviar” es una realidad o la IA, y no digamos para la Defensora de la Audiencia ante el aluvión de quejas recibidas.
Precisamente apelo a su profesionalidad para que reflexione y valore cambios en su modo de pensar y actuar. Cambiar no es debilidad, sino a veces reconocer errores y no justificar todo lo que decide o hace el empleador, en cuestiones de entidad como el caso de Lalachus, que sobre todo tiene experiencia como recepcionista en una empresa de construcción durante 10 años… tiene 34 años. ¿Quién la ha utilizado o asesorado? Significativo que el ministro Félix Bolaños saliera a defender pronto a Lalachus.
Rosa María Molló agradece el mail de protesta: apropiado, más en el caso de una “defensora”. Se equivoca al denominar como “sentimiento” religioso el rechazo a la ofensa grave que hizo Lalachus. La religión pertenece al ámbito de las convicciones y creencias, no es un sentimiento religioso, es algo mucho más profundo, que enraiza con la razón y/o la fe.
En el Cristianismo se recibe y acepta una fe, que no es algo contrario a la razón, sino que está “por encima”, y por ello se habla de ámbito sobrenatural. Se recibe, se acepta con libertad, se asume. Los sentimientos son muy pasajeros y hasta subjetivos, con un contenido mucho más inestable y vulnerable.
Molló dice que ha revisado varias veces ese fragmento, y “no encuentro las ofensas que me describe”. ¿Ha leído y analizado las críticas recibidas, para valorar otras perspectivas y no aferrarse a justificar lo que a millones de personas no nos parece de recibo? Es más: nos parece que ha sido deliberada, nada casual ni accesorio.
Reconoce que la humorista Laura Yustres –Lalachus– deja el tono humorístico para hacer un homenaje personal a la televisión pública por el papel que había tenido en su historia personal, “como en la de todos”, la vaquita del Grand Prix.
Me dirijo a Rosa María Molló: un sentimiento de gratitud de Lalachus hacia quien le paga es más que discutible. Suena un poco a venderse o a pesebrismo, con todos los respetos. Ahora bien: hablar de lo mucho que ha influido en “todos” ese programa es más que discutible, y no debe hacerse portavoz de toda la audiencia hacia un programa, sobre todo a tenor del bajón de audiencia en 2024 respecto a 2023.
Molló invita a quien envía ese mail a volver a ver ese fragmento, combinando el Sagrado Corazón de Jesús con la vaquilla, porque es un “recurso artístico”, “muestra de profundo cariño, admiración y respeto”, y que no hay “voluntad de ofensa ni mofa religiosa de ningún tipo”. No eligió a sus padres ni a Mahoma ¿lo hará? Los tribunales decidirán si la estampita ha incurrido en delito.
Al final, la Defensora de la Audiencia alude a que la libertad de expresión y creación forma parte de la sociedad democrática, y que los límites son “difíciles de marcar precisamente para preservar esa flexibilidad a la que nos obligan los nuevos tiempos”. Al autor del mail enviado a Molló no le convence; a mí, tampoco.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.