2024 ha sido un año de récord para el turismo, tanto para España en su conjunto –94 millones de turistas extranjeros– como para la Comunidad Valenciana. Y eso que la DANA ha sido un frenazo evidente para el turismo en Valencia.
En FITUR se ha destacado y exhibido ese auténtico motor de la Comunidad Valenciana que es el turismo, y hasta Pedro Sánchez ha animado a visitar Valencia, ahora más que nunca, como modo concreto de ayuda tras la DANA, aunque su principal ayuda está pendiente, y la va haciendo con cuenta gotas, para desgastar más a Carlos Mazón, pelea que los valencianos y todos los españoles detestan, pues se trata de reconstruir con eficacia y no buscar el rédito político. Miserias políticas.
Alicante es la provincia con más turismo, y con más turistas extranjeros: un imán que sigue creciendo. Mientras, Castellón supone una décima parte del turismo, con muchas posibilidades. Que no crezca más se debe a diversos factores, y uno de ellos es la propia idiosincrasia de los castellonenses, que con frecuencia defienden en público que no quieren que crezca más, que no seamos otro Alicante, que siga un turismo suave, tranquilo.
También hay opiniones a favor de incrementar y mejorar el turismo en Castellón: desestacionalizar y turismo extranjero son los retos. Con el turismo de “sol y playa” tenemos 140 kilómetros de costa, con playas buenas, de las que solamente unas pocas están muy concurridas, y las que no lo están llaman la atención con frecuencia porque son de calidad, extensas, con fácil acceso. ¿Castellón-ciudad tiene playa, me preguntaron hace unos meses?
Peñíscola, Benicássim, Oropesa, Burriana son focos turísticos costeros. Otros quieren crecer, como es el caso de Alcossebre, en el municipio de Alcalá de Xivert, y me he encontrado con este comentario: “si siguen promocionando Alcossebre, va a dejar de ser atractivo y tranquilo para la gente que vamos desde hace años”.
Con las posibilidades turísticas que tenemos –de “sol y playa”, en el interior, pudiendo generar más iniciativas deportivas, reforzar el turismo cultural, potenciar la gastronomía-, animémonos a potenciar más el turismo, sin fiarlo casi todo a la iniciativa institucional.
Restaurantes, hoteles, bares y chiringuitos –con la buena experiencia de este verano en la playa de Castellón– tienen retos que la mayoría quiere acometer. Un turismo mayor y mejor es posible en Castellón, y es bueno que nos lo creamos, y queramos.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.