El festival reggae Rototom, que está celebrándose en Benicàssim, necesita una revisión por parte de sus organizadores, para que sea un festival musical sin connotaciones políticas, y mucho menos partidistas a favor de un único partido, que es Podemos: es la “casta” que se instala y aprovecha de un enfoque equivocado en un festival musical; luego califican como “casta” a otros partidos políticos, pero se ve que le gusta y se siente cómodo como partido único.
Rototom quiere ser algo más que un festival, de modo que los ocho días sean también un estímulo en la conciencia social, debatiendo aspectos culturales y de estilos de vida. Es una opción legítima, pero los partidos políticos no deben entrar como protagonistas en el Rototom. Habrá quien argumente que “política” es todo cuanto afecta a la sociedad, haciendo honor a su etimología griega de “polis” (ciudad), pero no debe ser un festival que se constituya en altavoz de un único partido político.
Para tratar el conflicto de Ucrania, como se hizo el año pasado, no es preciso invitar a Juan-Carlos Monedero, cofundador de Podemos. Para tratar este año la situación de la Unión Europea tras el Brexit, no es una idea acertada invitar al eurodiputado de Podemos, Miguel Urbán o a la líder de Syriza, Katerina Sergidou. Si han acudido estos líderes políticos, es porque los organizadores del Rototom les han invitado, pero similar error cometen los responsables del festival musical como los políticos que acuden. Se invita a líderes de otros partidos políticos, que declinan la invitación: al quedar tan polarizada en Podemos la presencia de los partidos políticos –y de su homólogo griego Syriza-, los propios responsables del Rototom deberían cancelar la presencia de líderes de un único partido, o al menos es mi opinión y la de muchos que atónitos escucharon el pasado sábado la “arenga” de Urbán.
Es cierto que es un festival con muchas actividades, que se anuncian con antelación, pero también es cierto que muchos asisten sin afán de saberse con detalle la apabullante programación diaria, y por eso se han sorprendido de que una vez más, Podemos, aproveche esta plataforma. El éxito de asistencia al Rototom no debe cegar, sino llevar a autocrítica por parte de los responsables, y de Podemos, que se aprovecha. Economistas, sociólogos, periodistas, historiadores o escritores, todos independientes de partidos políticos y con prestigio plural, deben sustituir a los líderes políticos en esos debates del Rototom. Si no, que pregunten a los “indignados” asistentes, que lo están.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.