Hay personas y entidades que son muy conscientes de la importancia de la enseñanza. Los centros educativos deben ser prolongación de la familia, y por eso las leyes de educación y el funcionamiento de los centros deben contar con las familias de verdad, sin temores, tapujos ni manipulaciones. La educación está en manos –debe estar– de los padres, no de las autoridades públicas ni de los sindicatos, que han de respetar la libertad de elección de los padres y facilitar la participación decisiva de los padres. Todos parecemos reconocer que en la educación nos jugamos mucho.
Sin embargo, nos podemos acostumbrar en la Comunidad Valenciana al reiterado intento del Consell actual de hurtar esos derechos de los padres e intentar imponer una enseñanza “rodillo”, con conocidos intentos de imponer aspectos ideológicos y de imponer el valenciano. El conseller Marzà es sólo el ejecutor: Mónica Oltra dirige la estrategia, y pone los peones; los otros partidos que gobiernan le dejan hacer, lo cual les hace también responsables de los intentos de manipulación y sectarismo. Compromís es muy consciente de lo decisiva que es la educación, de ahí su empeño.
“El mejor regalo de Reyes”, así titulaba la asociación Idiomas y Educación el pasado 5 de enero un post en su blog. Es una asociación que nació hace año y medio al ver los intentos manipuladores de Marzà, y es constante en denunciarlo. Esta asociación pide a los Reyes fórmulas para garantizar una enseñanza democrática, libre, “ante el asedio nacionalista de la imposición y el chantaje” y alerta sobre el riesgo de que “la escuela pública acabe siendo el instrumento de manipulación política por excelencia”. Ofrece dos soluciones: recentralizar la educación en el Estado o el cheque escolar.
El pasado lunes las familias, docentes y alumnos criticaron en Les Corts, en la Comisión de Educación, la futura ley de plurilingüismo, por no haber contado con ellos para su elaboración. Exigieron libertad de los padres para elegir la lengua de enseñanza de sus hijos. El plurilingüismo de Marzà siempre ha sido imposición del valenciano, y no le detienen los varapalos judiciales al decreto de plurilingüismo de 2017. Julia Llopis (CONCAPA) y Eva Tena (Asociación para la Defensa del Castellano) fueron contundentes al denunciar las intenciones reales del Consell de inmersión gradual del valenciano y Llopis denunció el “modelo único del proyecto de ley”. Ocho ponentes expusieron sus graves objeciones a ese proyecto, pero ¿se les hará caso?
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.