No es justa la zozobra e incertidumbre por las pensiones en España, junto al despilfarro o inversiones públicas de dudosa necesidad, como es el caso de las televisiones autonómicas.
La hucha de las pensiones está llegando a su fin. Lamentable imprevisión del Gobierno, que parece que va a recurrir a un préstamo del Estado a la Seguridad Social para poder cubrir el creciente gasto en pensiones.
Pedro Sánchez ha lanzado su solución: unos impuestos a la banca. El líder socialista argumenta que, ya que entre todos rescatamos a la banca, la banca ahora contribuya. ¿Toda la banca? Parece ignorar que cualquier nuevo impuesto a la banca repercutirá en que la banca aumente las comisiones por servicios que presta a los ciudadanos: igual que los niños no vienen de París, todo impuesto a la banca nos perjudicará a los ciudadanos.
En España se han llevado a cabo inversiones a lo grande, para ser el país de Europa que más kilómetros de AVE tiene, y no se oyen quejas, porque el trazado se ha hecho con criterios políticos sí, otra vez en vez de hacerlo razonablemente con criterios de rentabilidad, es decir de necesidad. No pongo ejemplos de estaciones con AVE que son conocidos por todos, para no herir ninguna sensibilidad autonómica, provincial ni municipal, pero que están casi desérticas.
Asumir el gasto de pensiones es de mínima justicia hacia una vida de trabajo y esfuerzo. Visto lo visto, muchos asesores aconsejan jubilarse cuanto antes, si se tienen los años cotizados suficientes, porque nadie sabe cómo acabarán las pensiones en España.
Clama al cielo que no haya dinero para pagar las pensiones y sigamos gastando como nuevos ricos o queriendo parecerlo. Es hasta cruel. ¿En qué comunidad autónoma se ha consultado a los ciudadanos la puesta en marcha de una televisión autonómica o su mantenimiento? Hay dinero para lo que los gobernantes quieren. Y tienen la excusa: Montoro es el culpable todo.
Me parece que expreso el sentir de la mayoría al denunciar el excesivo número de organismos y cargos públicos, las proliferación de organismos direcciones territoriales de cada consejería en cada provincia de una comunidad autonómica, por ejemplo -, la marcha atrás del Gobierno para agrupar ayuntamientos con un ínfimo número de habitantes (cargos locales del PP se sublevaron: perdían ellos, amigos o parientes su sueldo, que pagamos entre todos), el elevado endeudamiento de las comunidades autónomas, o el gasto que nos supone las televisiones autonómicas. Pero los que pueden resolver esos problemas son los que viven de ello: he ahí el problema.
En Comunidad Valenciana, con tantos problemas financieros y económicos para atender debidamente los servicios sociales y la sanidad, sí hay dinero para reabrir la televisión autonómica. En Cataluña hay numerosos recortes, pero TV3 tiene una plantilla y una deuda para asustar a cualquiera: intocable.
La enseñanza concertada, por ejemplo, cuesta la mitad a las autoridades públicas que los centros públicos. Pero por ideología se castiga la libertad, el derecho y la economía de todos. Pocos se dan cuenta.
Un amigo me comentaba que las comunidades autónomas tendrían que aportar una parte de las pensiones, a ver si con eso restringían algunos gastos. Pero a la vez me decía que, precisamente por ser algo tan importante como las pensiones, nadie confia en que las comunidades autónomas asumieran una parte.
El problema es que los que nos gobiernan dan prioridad a su sueldo, y eso incluye pensar sólo en estar en la lista electoral próxima, y volver a salir elegidos, y los que ellos ya tienen en la cabeza. No contemplan la racionalidad, sino el electoralismo a ultranza. Como me decía un alcalde: a gastarme todo lo que pueda, y luego a endeudarme todo lo que se me permita.
La solución al problema de las pensiones debe estudiarse muy bien. El Gobierno debe asesorarse de organismos independientes, pues no hay varitas mágicas ni caben demagogias. Ojalá el Gobierno actúe con sensatez y no con electoralismo, para lo cual también han de apoyar todos los partidos políticos: es mi particular carta a los Reyes Magos en asunto tan importante como las pensiones.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.