Procedo de una familia numerosa. Siempre he mostrado mi gratitud por esta realidad, sobre todo teniendo en cuenta que, de nueve hermanos, yo soy el menor, el último de los 9, por lo que, si no hubiera habido por parte de mis padres una opción por la familia numerosa, yo no hubiera venido al mundo.
Ahora las familias numerosas no están de moda. Entre las causas, no hay un elenco exhaustivo, porque cada matrimonio tiene sus circunstancias. Tal vez la primera causa es la disminución de vínculos matrimoniales, la inestabilidad que ha ido extendiéndose para constituir un núcleo estable –el matrimonio- que propicie decisiones para toda la vida. Aumentan las rupturas matrimoniales: tener hijos, y no digamos tres o más, es una atadura para toda la vida, un “viaje” que requiere estabilidad y compromiso.
¿Más causas? Indudablemente, la crisis económica y las secuelas que seguimos padeciendo, sobre todo de paro y precariedad laboral. Pero en otras épocas también la ha habido, y había más familias numerosas. Pienso en mis padres, con un salario medio por parte de mi padre, y lo económico no fue determinante.
Hablando con Antonio López, presidente de la asociación de Familias Numerosas de Castellón (FANUCAS), me da un argumento que me parece interesante: “la crisis demográfica viene en parte porque nos da miedo embarcarnos en un proyecto tan bonito, pero a la vez sacrificado, de tener más de tres hijos”. Se refiere a una causa: “la sociedad tiene menos capacidad de sufrimiento, buscamos la comodidad, la tecnología nos soluciona casi todos los problemas”. Antonio –él prefiere “Toni”- , con Adela, ha tenido cuatro hijos, y tanto él como ella respiran felicidad y alegría: él, albañil, sufrió la crisis de la construcción hace una década, y ahora trabaja en el mantenimiento de un colegio; ella es enfermera.
Resulta muy jugoso hablar con Antonio. Comprueba cada día los esfuerzos por sacar adelante su familia: económicos, de tiempo, de espacio y confort. Sin embargo, no para de hablar de lo positivo de la familia numerosa, para cada familia y para la sociedad. Por eso, pide que más familias se asocien a FANUCAS –ahora 350 famlias lo están– y lograr más protección por parte de las administraciones. Se merecen más ayudas y protección, pues son un gran capital social, y uno de los remedios a la despoblación rural y la alarmante caída de la natalidad.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.