LA TIERRA, EL MAR y EL AGUA
Hasta mediados del siglo veinte España era un país en que predominaba el sector primario. La agricultura, la ganadería y la pesca copaban la parte más sustanciosa de nuestro PIB. Eran los tiempos en que las naranjas valencianas habían sustituido a la seda, igualmente valenciana, para intentar equilibrar nuestra balanza comercial.
Ese tiempo pasó y hoy afortunadamente la industria y los servicios han fortalecido su presencia aunque la agricultura y la pesca siguen siendo fundamentales tanto para cubrir las necesidades alimenticias de nuestro país como para exportar sustanciosos remanentes.
El gobierno español y la administración europea parecen no ser conscientes de esta realidad y con su política de gran control en la producción propician las facilidades a los productos procedentes de otras regiones del mundo menos exigentes con la elaboración de sus productos agrícolas, ganaderos y pesqueros.