Ayudar a Monkole

La Navidad es tiempo de solidaridad. Se remueve nuestro corazón y, tal vez, nuestro bolsillo, si nos enteramos de alguna iniciativa de ayuda material, o bien es ocasión de aportar nuestro grano de arena a entidades que conocemos por su labor asistencial. Como contraposición al consumismo que nos rodea, pensar en gente necesitada nos hace más humanos: si ayudamos a otros, por motivos religiosos o no, nos ayudamos a nosotros mismos, nos enriquecemos espiritualmente.

El Hospital Monkole, en Kinshasa (R.D. Congo), empezó en 1991 con dos camas. Ahora es un hospital de referencia, con tres dispensarios. He seguido su evolución desde que comenzó su andadura porque conozco a algunos que lo impulsaron o lo han consolidado, entre ellos varios españoles. Comenzó con un planteamiento innovador: fue el primer hospital en el país que daba de comer a los pacientes, pues los demás hospitales dejaban en manos de las familias la alimentación de los pacientes.

En un país -hasta 1997 con el nombre de Zaire- con el doble de población y cuatro veces la extensión geográfica de España, tiene un interesante modelo este hospital. Monkole se basa en que pagan más los más ricos, por lo que el 20% de los pacientes subvencionan el 80% restante, con el objetivo de evitar que los pobres no sean atendidos correctamente. Es el único hospital del Congo que atiende a todos los pacientes, independientemente de sus recursos. Atiende a unas 80.000 visitas al año, de una zona que tiene más de 350.000 habitantes.

La orquesta “Arcos de Teruel” ofrecerá un concierto navideño el 29 de diciembre en el Claustro del Obispado de Teruel –“Concierto de Navidad por el Congo”- y los donativos que recaude irán destinados a la Fundación Amigos de Monkole, que hace posible atender gastos médicos y de hospitalización de miles de congoleños que no tienen recursos económicos. Quien lo desee puede colaborar con un donativo, que viene especificado en el programa editado: 5 euros, vacunación de un niño; 10 euros, intervención ambulatoria; 20 euros, radiografía para cirugía infantil; 50 euros, atención bebés prematuros… Y sin ir al concierto, se puede hacer a la Fundación un donativo en ES7200750224300606360706.

Alegra comprobar que la solidaridad eficaz es posible cuando se desea. Desde Teruel, una ciudad pequeña, quieren ayudar a un país africano enorme, con muchas carencias. La solidaridad es imaginativa y se comprueba que puede traspasar continentes.

 

  • Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
    Escribe, también, en su web personal.