Benicàssim explota

El pacto de gobierno en el ayuntamiento de Benicàssim saltó por los aires el pasado viernes: la alcaldesa,  Susana Marqués, comunicó que rompía el pacto con Cs, que desde las pasadas elecciones municipales de 2019 ha posibilitado una mayoría absoluta en el consistorio. Era algo de dominio público en la vida cotidiana del propio municipio. Los vecinos, indignados ante el lamentable espectáculo que han percibido, son las grandes víctimas de una forma de entender y ejercer la política donde predominan los personalismos y la falta de madurez, al menos en el ámbito político.

Ha sido un pacto entre PP y Cs, que podría haber funcionado. Ahora deja a una ciudad como Benicàssim, con casi 20.000 habitantes censados y una dinámica turística que le hace ser uno de los centros turísticos más importantes de la provincia de Castellón y de la Comunidad Valenciana, al vaivén de un gobierno en minoría, a expensas de lograr acuerdos con diversos partidos en estos siete meses. 

Es fácil escuchar un “se veía venir”. Lo que se ve venir no se prolonga tanto tiempo, con desaires, incumplimientos de obligaciones como ediles. Un pacto de gobierno obliga a ser maduros, establecer un diálogo fluido permanente, buscando siempre el bien de los vecinos por encima de protagonismos o histerias. Hay quienes defienden que un gobierno en minoría evita tropelías, obliga a trabajar en equipo y lograr acuerdos que no sean apisonadora de un gobierno en mayoría: como diría un gallego, “depende” de las personas más que de la fórmula de gobierno.

Susana Marqués argumentó el viernes que buscaba el bien de los vecinos, porque los desaires personales ya los viene sufriendo desde hace tiempo. Hace dieciocho meses que la vicealcaldesa Cristina Fernández  (Cs) no acude a las reuniones, no trabaja con la alcaldesa, no se hablaban. Entre los tres concejales de Cs, una prima de Cristina: incorporar al equipo a una prima es posible, aunque yo preferiría que el parentesco no determine tan claramente las listas. Los vecinos se preguntan si no hay sanciones económicas para una vicealcaldesa que no asiste a las reuniones, “reuniones de trabajo” en sentido estricto: parece que únicamente lo económico frena actuaciones.

Cs se ha cavado su fosa en Benicàssim, como en tantos sitios, aunque en este caso por un personalismo y falta de preparación para compartir el gobierno municipal. Seguro que ha habido fallos de otros partidos políticos en esta crisis, pero la calle tiene el voto claro para las municipales.  Cs no obtendrá representación municipal.

 

  • Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
    Escribe, también, en su web personal.