Caos en el barro

No funcionaron los avisos y el 29-O fue el comienzo de la tragedia: 215 muertos, 71 municipios, 850.000 personas, 34.000 empresas. Escribo estas líneas de dolor por los muertos y quienes han perdido todo.

La gestión de los días posteriores es nefasta. Más cruel que tercermundista, porque ¡tenemos medios! En Paiporta, el pasado domingo, los vecinos manifestaron su rabia con motivo de la visita de los Reyes, Pedro Sánchez y Mazón: a los Reyes dijeron que no iba con ellos –aunque doy la razón a quien les dijo que no era día para estar allí, todavía buscando cadáveres y paralizando el rescate-, y la peor parte se la llevó Pedro Sánchez, con lanzamiento de palo, gritos y barro, huyendo del lugar, con un Carlos Mazón también insultado. Solo Felipe VI pidió perdón, el menos culpable: le honra.

Las víctimas tienen razón: ha sido y es un caos: que se remedie, y pronto. Frustración lógica entre los militares, todavía insuficientemente desplegados en la zona. Hay que enviar más militares y más bomberos. Como ha dicho Pilar Mateo, empresaria y científica que ha perdido totalmente su empresa en Paiporta, “estoy acostumbrada a grandes desastres, como el terremoto en El Salvador que viví, y allí iban bomberos, militares y gente de todos los países del mundo: aquí no se ve y hace muchísima falta”. Fue directora general de Cooperación en la Generalitat.

Se ha hecho viral el vídeo de un bombero francés, que con su unidad llegó el 1 de noviembre, y se quedó estupefacto cuando los vecinos le dijeron que era el primer equipo de auxilio que llegaba. Escribió ese día un tuit a las 16.31 que abre las carnes: “primer equipo de rescate desplegado en la zona”. 

Datos: en España tenemos un Ejército con 120.000 soldados en activo, 150.000 entre Policía Nacional y Guardia Civil, 22.000 bomberos, 3.500 efectivos en la UME, Protección Civil, Policías Locales. Desde el primer tenían que haber estado en la zona las unidades de ayuda, y al día siguiente un despliegue máximo, hoy todavía insuficiente, ayudando y evitando saqueos. Penoso: ni vigilancia nocturna estos días.

Un 10 a la solidaridad y a los voluntarios, pero nefasta gestión institucional. Sin paliativos. Hasta para denunciar desaparecidos, no se envía a la zona funcionarios que lo faciliten, ¡ensuciándose de barro! Y atentos a lo que dijo el Rey: “hay mucha gente interesada en que haya caos”. Nefasto ocultar la cifra de desaparecidos, falta de puntos de socorro médico, voluntarios desaprovechados, funcionarios sin mancharse con barro.

  • Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
    Escribe, también, en su web personal.