La Delegación diocesana de Pastoral de la Salud, de la diócesis de Segorbe-Castellón, ha organizado unas interesantes Jornadas de Formación. Están dirigidas a todo personal sanitario y a todo aquel que tenga interés en la comprensión o atención de los enfermos. Los enfermos han de ser, de verdad, un tesoro en nuestra familia, en nuestra sociedad, nunca una carga que se quiere evitar, aunque supone sacrificios para cuidarles, profesionalidad máxima para cuantos trabajan en la Sanidad. Además, todos somos enfermos en alguna ocasión: tal vez lo que hagamos por los enfermos nos pueda incluso beneficiar a nosotros en el futuro, porque contribuyamos a una formación moral que lleve a desvivirse por los enfermos, y porque todos somos enfermos en alguna ocasión. Un “hoy por ti, mañana por mí” sea un estímulo práctico, realista, de sentido común.
Las mencionadas Jornadas de Formación se imparten en la concatedral de Santa María, calle Mayor 41, en Castellón, a las 11 de la mañana. Comienzan este sábado, 16 de diciembre, con “Móviles y redes sociales Redefiniciones de la persona”, a cargo de Jaime Vilaroig, profesor de Antropología Filosófica del CEU de Castellón. Es creciente la preocupación o interés por los móviles y las redes sociales por lo que influyen en la salud, no son solo instrumentos de comunicación. Daniel Castro disertará en enero sobre “Acompañar en el duelo: por la enfermedad y por la pérdida de un familiar”.
Los tres ponentes restantes son médicos especialistas: “Impacto emocional en profesionales sanitarios que administran la eutanasia. Objeción de conciencia” (Ramón Palmer, psiquiatra); “El suicidio y las autolesiones” (Carolina Sánchez, pediatra); y “El enfermo y la Hospitalidad de Lourdes” (Cristóbal Mesado, traumatólogo).
La salud nos interesa cada vez más, la medicina avanza, la esperanza de vida aumenta, los retos morales se incrementan y diversifican, en un clima en el que la enfermedad y el dolor pueden ser incomprendidos o incluso rechazados. Una sociedad que ensalza los éxitos y el alto rendimiento puede orillar a los enfermos, a los vulnerables. Animan y, a la vez, inquietan los avances médicos: se debería invertir mucho más en cuidados paliativos, ELA, geriátricos, enfermos del alzheimer y parkinson. Por el contrario, se aprobó una ley de eutanasia: médicos y enfermeros, formados para ayudar a vivir, se convierten en inductores de la muerte.
Formarse es sinónimo de humildad, porque se es consciente de que se debe aprender siempre. También es signo de inteligencia ante los retos perennes y actuales.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.