El humanista e intelectual valenciano Villanueva fue un político que defendió sus ideas, desde su perspectiva ideológica, con argumentos y principios en las Cortes de Cádiz y en su copiosa producción literaria.
Entre los diputados valencianos en las Cortes Constituyentes de Cádiz (1812) destacan por su actividad profesional o extracción social la mayor presencia de juristas, seguidos de eclesiásticos, nobles y militares. Entre los valencianos, los hubo de tendencia conservadora y de liberales progresistas. Entre los primeros destacamos a Francisco Javier Borrull y Vilanova y entre los progresistas a Joaquín Lorenzo Villanueva y Astengo.
Villanueva nació en Xàtiva en 1757. Hermano del historiador ilustrado Jaime Villanueva. Estudió en el seminario de Orihuela. Se formó en la tradición humanista de la Ilustración valenciana. Se doctoró en Teología en el año 1777. Fue profesor del seminario de Orihuela y catedrático de Teología en la Universidad de Salamanca. Instalado en Madrid, fue calificador del Santo Oficio, académico-bibliotecario de la Real Academia Española de la Lengua y de la de Historia. Al estallar la Guerra de la Independencia se retiró al convento de los agustinos de Alcalá de Henares. De allí pasó a Sevilla. Después se refugió en su tierra natal, donde colaboró con la Junta Central y fue elegido diputado en 1810 por la circunscripción de Valencia. Fue el más activo diputado valenciano en las Cortes de Cádiz y uno de los exponentes más preclaros del ideario liberal, posición política que los expertos atribuyen al gran poso que la Ilustración valenciana dejó en su formación.
En las discusiones parlamentarias de las Cortes Constituyentes se mostró partidario de la Soberanía Nacional. Intervino activamente en aquellas sesiones en las que planteaban cuestiones religiosas, especialmente en el debate sobre el Santo Oficio de la Inquisición y sobre los señoríos. En 1813 fue de nuevo elegido diputado suplente en las Cortes y con la reacción absolutista fue perseguido, siendo recluido en el convento de La Salceda en Guadalajara.
En 1820, con la vuelta del sistema constitucional, volvió a ser diputado por Valencia, destacando en cuestiones concernientes a asuntos eclesiásticos. En 1822, con la invasión de España por parte de las tropas de la Santa Alianza, optó por exiliarse a Londres donde su profunda formación eclesiástica le permitió participar en el debate doctrinal que mantenían la comunión anglicana y la católica.
En Londres, los dos hermanos Villanueva frecuentaron la tertulia de su paisano, el librero e impresor valenciano, Vicente Salvá que poseyó una riquísima biblioteca, y junto al político José Canga Argüelles fundaron y redactaron la principal revista de los liberales españoles emigrados, “Ocios de españoles emigrados” (Londres, 1824-1827), donde Joaquín Lorenzo Villanueva publicará sus “Cartas hibérnicas”.
Posteriormente, emigró a Dublín, donde moriría en 1837, pasando a convertirse en un símbolo para cierta línea política situada más a la izquierda de lo que nunca llegó a estar el propio Villanueva. Su considerable obra literaria abarca diversos tipos de géneros: el pensamiento político, el periodismo, la historia, la poesía, la autobiografía, tratados de carácter religioso, etc.
Villanueva totalizó 173 discursos parlamentarios, participó en numerosas comisiones de debates y de elaboración del texto constitucional y fue uno de los diputados valencianos que firmó la Constitución de Cádiz de 1812.
El eclesiástico Lorenzo Villanueva fue el prototipo de liberal afrancesado, defensor de las libertades y de la supresión de órdenes religiosas, de los señoríos y del Tribunal de la Inquisición. Fue nombrado ministro plenipotenciario ante la Santa Sede, cargo que no desempeñó ya que en su viaje a Roma fue detenido en Génova al prohibirle el Papado el acceso a los Estados Pontificios por negar la infalibilidad del Papa.
Este erudito valenciano es autor de numerosos tratados, entre los que destacamos la obra “El viaje literario a las Iglesias de España”, planificada con su hermano Jaime Villanueva, en la que recoge un inventario del patrimonio artístico de iglesias y monasterios, y “Mi viaje a las Cortes” (Madrid, 1860, obra póstuma) en la que describe el interminable viaje realizado en 1810 desde Xàtiva a Cádiz para tomar posesión de su escaño y en la que compila las actas de las sesiones secretas de las Cortes.
Agradeceríamos mucho que los actuales diputados valencianos en las Cortes Españolas tuvieran actuaciones tan brillantes y determinantes como las tuvo este diputado en las Cortes de Cádiz e impulsaran las justas reivindicaciones valencianas.
Imagen 1: Wikipedia
LAS PROVINCIAS. Opinión. Publicado el viernes 2 de noviembre de 2023, p.27
José Vicente Gómez Bayarri es Licenciado en Filosofía y Letras, Doctor en Historia,
Catedrático de Geografía e Historia, Académico de número de la RACV y Medalla de
Plata de la Ciudad de Valencia.