LA BANDA DEL PEUGEOT

Toda esta historia que hoy nos perturba, comienza en 2016, (después de unas primarias del partido dos años antes, que ahora sabemos fueron amañadas) cuando Pedro Sánchez se ve desmontado de la Secretaria General del PSOE y toma una decisión inédita en la vida política nacional: junto con tres incondicionales -Ábalos, un maestro de escuela valenciano, Santos Cerdán, un electricista navarro y Koldo, un portero vasco de puticlub-, monta en su viejo Peugeot y se dispone a recorrer el país buscando la adhesión de la ciudadanía. Como resultado de la operación, en las elecciones de 2017, vence holgadamente a sus dos rivales, Susana Diaz y Patxi López.

De los cuatro del Peugeot, dos llegaron a ocupar los máximos puestos del partido y Koldo se convirtió en un aprovechado buscavidas. Hoy, los tres pasan más tiempo en los juzgados que fuera de ellos y es de prever que acaben mal. Santos Cerdán acaba de ser cesado de todos sus cargos tras verse convocado por el Supremo visto el informe del UCO según el cual, se dedicaba a administrar las millonarias mordidas pagadas por empresarios a cambio de adjudicaciones de obras. De aquel cuarteto, por el momento, solo Sánchez sigue aún en su puesto, aunque asaetado en su entorno familiar.

Ayer fue uno de los días más dramáticos de la democracia española. El cese de Cerdán, la divulgación de las 500 dramáticas páginas del informe dela UCO, las explicaciones de Sánchez,  la réplica de Feijoo. No se recuerda revuelo semejante como lo hubo ayer y lo sigue habiendo hoy y seguirá los próximos días.

Como era de temer, la comparecencia de Sánchez fue absolutamente decepcionante. Salir de oscuro con gesto impostado, pedir perdón, decir que confió en Cerdán hasta ese mismo día y cortar la rueda de prensa sin previo aviso, es un insulto a la inteligencia del país. Añadió, por supuesto, que ni elecciones anticipadas, ni dimisión, ni cambios de gobierno.

La réplica de Feijóo fue excelente, pero por fuerza, se quedó  en simple paño de lágrimas, sin ser capaz de dar el paso siguiente de una moción de censura. Las cuentas siguen sin salir. Y en este momento del relato, hay que decir que la principal recriminación se la merece la ciudadanía. Una ciudadanía que se creyó a Sánchez en 2014, que lo prefirió a otros candidatos probablemente superiores. Una ciudadanía que probablemente dio por buenas las excusas del presidente de ayer.

Una ciudadanía, esto es lo más asombroso, que hace una década, vio llegar a su pueblo en los cuatro rincones de España, un Peugeot, con cuatro tipos que parecían salidos de comix de Asterix/Obelix o de Mafalda/Manolito, aunque sin ninguno de los rasgos tiernos de aquellos personajes de ficción.

Y una ciudadanía que incluye a todos los votantes del PNV, de Junts, ERC, BILDU, de Sumar, Podemos etc, que critican con la boca pequeña lo ocurrido pero que seguirán siendo cómplices de los delitos, porque en todo caso se encuentran más libres para mangonear con un gobierno con principios laxos que con el que vendría a respetar la Constitución y procurar una mayor unidad de España.

¿Cómo es posible que Sánchez y sus tres compinches, hoy más cerca de la cárcel que de la calle, fueran capaces de vender su pobre mercancía ideológica al personal? Hay que ser más exigentes con nuestros gobernantes y este equipo, que lleva ya siete años mandándonos, nunca debería haber existido.

  • Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho. 
    Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993. 
    Primer Embajador de España en Macedonia en 1995. 
    Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.