La asombrosa realidad del PSOE es tal que, cuando se publiquen estas líneas, puede haber algún elemento relevante o sorprendente en el devenir socialista. Con la dimisión de Pedro Sánchez, su decisión de seguir como diputado en el Congreso y de presentarse a las primarias, quien le dé totalmente por muerto se equivoca. Su ambición, su “ego”, alimentado por el su mujer, Begoña Gómez, no se han apagado. No es un adiós, sino un “hasta la próxima”, y esa próxima no sabemos cuál puede ser. Siguen las llamas en un partido fundado en 1879.
Tanto Pedro Sánchez como Pablo Iglesias se están ahora tirando de los pelos, más bien de la coleta en el caso de Iglesias. Si hubieran llegado a un pacto, ahora Sánchez estaría en la Moncloa: pero se empecinó Iglesias en apoyar el independentismo y ciertos postulados radicales que asustaban -y asustan-, y el pacto no fue posible, pese al desmedido afán de Sánchez de llegar a la Moncloa, jaleado en todo momento por Begoña, su mujer.
Si Podemos hubiera sido más inteligente políticamente –el sectarismo lleva a perder la inteligencia-, si hubiera relegado lo que el PSOE no podía aceptar, ahora tendríamos una realidad muy distinta. Probablemente si Podemos hubiese estado en manos de Iñigo Errejón, eso se podía haber producido.
El PSOE se empeña en el NO a apoyar a Rajoy. Sin embargo, bien saben que, si hay terceras elecciones, el gran perdedor será el PSOE, por lo que la lógica podría llevar a que hubiera libertad de voto en las filas socialistas, Susana Díaz asegurara un mínimo de abstenciones para que Rajoy sea presidente mientras dice NO a Rajoy, y se saldría en este país del bloqueo, que ya perjudica demasiado. En la Comunidad Valenciana, la amenaza de Antonio Montiel de romper el pacto con el PSPV si permite gobernar al PP es una emoción más.
Me parece que el barómetro de GAD3 con fecha de septiembre puede reflejar lo que sucedería con unas terceras elecciones: aumentaría el PP, y bajarían en votos y diputados el PSOE, y Ciudadanos, produciéndose el famoso “sorpasso” de Podemos al PSOE. Con estas perspectivas, cada partido hace sus cálculos. El PP acierta en estos momentos al no ensañarse con la crisis que vive el PSOE. Sería de buitres. Ha de seguir preconizando la estabilidad, el desbloqueo y el empleo. Quien sí va a seguir ensañándose es Pablo Iglesias.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.