Pablo Iglesias ha decidió volver a la primera línea política para resucitar Podemos: lo tiene muy difícil. Como es osado, aspira a que Podemos entre en un Gobierno del País Vasco con Bildu a la cabeza, tras el 21-A.
Es más: Iglesias ha afirmado que Bildu debe dejar caer el Gobierno de Sánchez si en el País Vasco apoya al PNV y este partido sigue gobernando. Peculiar situación: PNV y Bildu sostienen el Gobierno de Sánchez ¿a quién apoyará el PSE tras el 21-A?
Los malabarismos de Pedro Sánchez son incontables. Llámese como se quiera: electoralismo, subsistencia, resistencia. Cuando todo lo supedita a seguir en La Moncloa, se puede aventurar cuál puede ser su siguiente paso, pero con mucho riesgo de no acertar. Ha dado sobradas muestras.
“El presidente del Gobierno que más dividiría a los españoles. La prueba está en que ha dividido el país, ha dividido el PSOE, ha dividido a los demócratas”. No lo ha dicho ningún dirigente del PP, ni nadie que pueda ser calificado de derecha, sino que lo acaba de decir Juan-Luis Cebrián, fundador y director de “El País”, expulsado de ese diario hace unos días como Presidente de Honor, y que se ha encargado de recordar lo que afirmó de Pedro Sánchez hace años.
Le suelen salir bien los cálculos electoralistas a Pedro Sánchez. Basta recordar las pasadas elecciones generales, que las adelantó y las celebró en verano, echando por tierra un previsible Gobierno PP-Vox. Pactó con un conglomerado de partidos, sin importarle que fueran independentistas o filoetarras, y ahí lo tenemos, con el apoyo de Bildu entre otros.
Las encuestas sobre el 21-A en el País Vasco arrojan un resultado incierto, de modo que PNV o Bildu pueden ser los ganadores por un estrecho margen, incluyo obteniendo más votos el PNV pero menos diputados que Bildu. La balanza para que gobierne uno u otro la decantará el PSE con gran probabilidad.
A Pedro Sánchez no le interesa apoyar un gobierno vasco presidido por Bildu, entre otras cosas porque la baraja la podría romper a las primeras de cambio el PNV a nivel nacional, que eso es lo que le preocupa de verdad a Sánchez.
En este contexto hay que recordar las declaraciones de la portavoz del Gobierno, Pilar Alegría, el pasado martes, expresando que no pactarán los socialistas con el partido de Arnaldo Otegi.
Pilar Alegría se refirió al hecho de que Bildu no reconozca que ETA fue una banda terrorista. “No reconocerlo así no es solo cobarde, sino que es un absoluto desprecio por las víctimas, hacia la sociedad española, hacia la sociedad vasca y demuestra un negacionismo incompatible con la propia historia de nuestro país y con la democracia”.
Ya no nos asombra nada del malabarismo de Pedro Sánchez y de sus miembros de Gobierno. La Alcaldía de Pamplona fue un regalo socialista a Bildu, pero entregar el País Vasco son palabras mayores. Bildu es incompatible con la democracia según cuándo, cómo y dónde le interesa al PSOE:
Pedro Sánchez ya mueve claramente sus mimbres para apoyar al PNV. O habrá pensado que, si se mantiene en la indefinición, algunos votantes que se decantarían por los socialistas pueden votar al PNV, porque la división en el PSOE es tal que los acuerdos con Bildu escuecen y mucho.
Sánchez ha hecho sus cálculos. También el PNV… y Bildu es imprevisible. Sánchez es capaz de bailar con uno, con otro, o con los dos, sin despeinarse. Una incógnita lo que unos y otros le habrán hecho llegar o exigirán tras el 21-A.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.