Las elecciones del pasado domingo, 21-A en el País Vasco nos dejan una buena dosis de inquietud y preocupación. Para unos líderes y partidos más que para otros, por supuesto, pero también hay que tener presente que los partidos analizan los resultados de un modo distinto ante la opinión pública que “de puertas adentro”.
La principal preocupación, me atrevo a asegurar que sin lugar a dudas compartida por la inmensa mayoría de los vascos y de los españoles, es el ascenso de Bildu, logrando igualar en diputados al PNV, aunque haya sacado menos votos.
La distribución de escaños en el País Vasco tiene una considerable peculiaridad: 25 diputados por cada una de las tres provincias. Hay que imaginarse Aragón con ese criterio ¡y cómo mejoraría el trato a la provincia de Teruel! Ahora, Zaragoza tiene 35, Huesca 18 y Teruel 14.
Pero tenemos en Aragón los diputados autonómicos que tenemos. Los defensores de la proporcionalidad en cuanto a población lograron imponer hace años su criterio; los partidarios de la territorialidad, miran el espejo vasco y sus sueños de lo que sucedería en la provincia de Teruel se disparan.
Es muy preocupante que los herederos políticos de ETA hayan crecido tanto, hasta el punto de igualar a PNV. No sabemos muy bien cómo hubiera quedado con otra distribución de escaños, atendiendo al número de habitantes.
En todo caso, un partido político que no condena el terrorismo de ETA, que apoya el Gobierno de Pedro Sánchez y se sienta como uno más con el resto de partidos políticos, ha estado a punto de vencer en el País Vasco. Un auténtico drama, y avisa para futuras elecciones, si no se cambiar posturas, tratamiento, por parte de otros partidos políticos.
Quien está feliz es Pedro Sánchez. Le ha salido redonda la jugada. Los socialistas han aumentado diputados y apoyarán al PNV, continuando así los ocho años en que vienen gobernando con ese apoyo, y sin el desgaste que supondría que Bildu hubiera obtenido más escaños.
PNV ha disminuido en escaños, Bildu ha aumentado, PSE ha aumentado, PP ha aumentado. En síntesis, es la fotografía. Sin embargo, es hora de recordar de nuevo la manipulación del CIS de Tezanos, que de nuevo facilitó unas cifras para favorecer lo que le interesaba a Pedro Sánchez: asustar a los electores con una posible victoria de Bildu y minusvalorar al PP, por lo que algunos que no hubiesen votado, o se podían plantear votar al PP, han votado al PNV, cuyo descalabro podía haber sido imponente.
Mención especial merece Podemos. En ocho años ha pasado de 11 diputados, a 6… y ahora a cero. Y eso que Pablo Iglesias ha vuelto, según dice él. Peor resultado no cabe: la irrelevancia absoluta. Bueno, si se quiere consolar puede decir que ha sacado más votos que Vox –que ha obtenido 1 escaño-… y que PACMA. Tampoco Sumar está para tirar cohetes, claro está.
El PP ha de tomar nota. Un escasísimo crecimiento ante un hipotético desgaste estatal y autonómico de los socialistas y de PNV. Feijóo no ha prestado atención a estas elecciones ¿es bueno tal abandono, para que el PP siga en el páramos del País Vasco?
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.