El lector puede valorar estas afirmaciones que ha hecho el ministro Óscar Puente, ahora que él ha encargado una lista de los insultos que se han vertido hacia él en medios escritos. A los periodistas les llamó “lacayos a sueldo”; a la consejera de Transportes de CyL, “sinvergüenza”; al diario “El Mundo”, “panfleto”.
Tal vez está deseando que escribamos de él que tiene aspecto de galán de Hollywood, por su físico y por su modo de expresarse. Pero no sé por qué, no me sale ni haciendo un esfuerzo, porque en mi opinión su aspecto es de portero de discoteca, para amedrentar a clientes que dan problemas o pueden darlos, por su actitud o excesivas consumiciones alcohólicas. Y que conste que he conocido a porteros de discoteca muy dignos y adecuados para esa tarea, desempeñando bien su trabajo.
Los tres calificativos que menciono al principio me parecen unos insultos reales, no subjetivos ni imaginarios. Lanzar dardos contra periodistas y medios, en la actual sociedad de la comunicación, es muy arriesgado y no lo suelen hacer personas inteligentes, máxime si ocupan cargos políticos relevantes. Romper los puentes con los periodistas es una mala decisión.
Óscar Puente, desde hace muchos años, es duro, tiene una verborrea –primaria o calculada, no lo sé– incontenida, tal vez porque piensa que ha de desempeñar el papel de portero de discoteca, asustando y exhibiendo violencia verbal, porque de su fortaleza física no puedo opinar con precisión.
Hay ministros de los que se puede afirmar que son correctos, educados, respetuosos, comedidos, reflexivos, cualidades que acercan a la calidad de ser un digno ministro. No es, precisamente, el caso de Óscar Puente, que es un indigno ministro. En absoluto es un insulto, simplemente es una crítica, una opinión, que me parece puede recibir la adhesión de un gran número de españoles: cuántos, no lo sé, lo dejo en manos del CIS de Tezanos, para saber semejante dato irrelevante, que en todo caso no creeríamos.
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, quiere silenciarnos, pues ha encargado que se recojan todas las columnas de opinión en las que se le insulta. Ante tal declaración inaudita y amenazante, coincido con Carlos Alsina: “¿y qué utilidad tiene ese trabajo para los ciudadanos? Yo no lo veo ninguna”.
Puente, vallisoletano nacido en 1968, es licenciado en Derecho. Obtuvo la licenciatura en 1993. No tengo datos de porqué tardó tanto en obtener la licenciatura, con 25 años, cuando lo habitual es unos años antes. Ninguno de mis compañeros de Facultad, más o menos destacados, acabaron tan tarde la carrera. Tal vez Puente sufrió importantes reveses económicos y tuvo que compatibilizar estudios y trabajo, o era más persona de acción que de estudio, o problemas de salud: no hay que prejuzgar nada.
Si Puente fuera más inteligente, no habría tenido semejante iniciativa, que le va a salir por la culata. En total más de 33 medios escritos, porque dice que son los que requieren una reflexión previa, no las referencias radiofónicas ni televisivas: discutible esta apreciación, que nos molesta a los periodistas que intervenimos o hemos intervenido en programas de radio y televisión, porque tal vez reflexionamos un poco más de lo que Puente estima.
Llama la atención que “no se han incluido los bulos, falsedades ni las críticas”. Los “bulos” se definen como “noticia falsa propalada con algún fin”. No lo incluye porque dudo que haya noticias falsas contra él, y si las hubiera sería motivo para exigir a ese medio la rectificación o, incluso, iniciar la vía judicial. Si hay “falsedad”, también tendría derecho a rectificar en el medio y no descartar la vía judicial. Siendo licenciado en Derecho, mete en el mismo saco no-amenazante las “críticas”: asombroso, ¡solo faltaría que no se pudiera criticarle, es sano ejercicio de libertad de expresión!
¿Qué entiende por insultos, e insultos graves? Supongo que no le parecerá insulto que yo le haya calificado de poco inteligente. “Faltón, agresivo, grosero, barriobajero…” los considera insultos. Que no espere de mí expresiones como “educado”, “digno ministro” o “brillante”.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.