Todavía digiriendo los resultados, a la vista estamos de nuevas elecciones, el 26-M. Es una resaca intensa, por la tensión que ha habido, la importancia de las generales y y la sorpresa de algunos resultados, en línea con el calificativo reiterado de que estamos en un panorama político volátil, palabra casi mágica en estos meses.
Ha resultado que Tezanos, tan criticado y vapuleado, ha acertado con el hundimiento del PP, aunque queda también para la historia su frase de que le extrañaba un resultado tan bajo del PP, al día siguiente de publicarse la encuesta del CIS que auguraba para los “populares” un batacazo como el que se ha producido. Dentro de encuestas y sondeos, es interesante la encuesta del Diario de Andorra, el día anterior a las elecciones generales, que arrojaba el dato de que Vox obtendría 60 diputados, precisamente la cifra que el escritor Fernando Sánchez Dragó había lanzado a los cuatro vientos. Se ve que unos deseaban un crecimiento de Vox mucho mayor del que ha logrado, y tal vez otros han avivado el temor a Vox para movilizar a la izquierda.
El éxito del PSOE, de Pedro Sánchez en particular, es innegable. Ha jugado sus bazas electorales y le ha salido perfecto. Mérito suyo, de José-Luis Ábalos –director de campaña– y de Iván Redondo, que es su gurú incontestable, pese a su juventud, o tal vez su juventud es un activo que le permite detectar flujos electorales y movimientos de ajedrez con más acierto que personas con más edad.
En el PP hay conmoción total. Sus líderes han de pensar lo que ha sucedido. Unos hablan incluso de disolución del partido, otros de refundación, otros de regreso al centro político, y el liderazgo de Pablo Casado se pondrá en discusión más adelante, según sean los resultados de las elecciones municipales y europeas del 26-M. Preveían un bajón de escaños ¡pero no tanto!, y pensaban que la experiencia andaluza se podría repetir, de modo que hubiera un cambio con un gobierno tripartito PP-Ciudadanos-Vox: la fragmentación del voto la veían como un impedimento innegable, pero alegaban que así gobiernan en Andalucía. Hasta hace tres días, de Casado decían algunos que tiene “estrella”, la suerte de los ganadores, pero ahora se ha estrellado, y a base de bien.
En la balanza de qué ha hecho mal el PP y qué ha hecho bien el PSOE, cada uno pone elementos muy variados. O el PP cambia o Ciudadanos le superará, o en España habrá Pedro Sánchez para algo más que cuatro años. Ahora el reto de municipios y Diputaciones Provinciales, ya constituyéndose las mesas electorales: segunda parte.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.