El juez Juan Carlos Peinado ha citado a Begoña Gómez a declarar el próximo 5 de julio. Pedro Sánchez ha dirigido una segunda carta a los ciudadanos, desafortunada y puede que le pase factura el 9-J.
Sánchez ataca al juez por interferir en la campaña electoral, a los medios de comunicación, a PP y Vox. Se le ve muy nervioso. Si no hay “nada de nada”, ¿a qué vienen los nervios de Sánchez, de su Gobierno, de la portavoz Pilar Alegría?
Como ha dicho Carlos Alsina, esta segunda carta de Sánchez no es la de un hombre enamorado, sino la de un líder de un partido que teme ser derrotado este domingo.
En vez de pasar a un ataque furibundo y dispuesto a morir matando, tenía que haber apelado a la presunción de inocencia –su mujer no está condenada-, respetar al juez y no utilizar a su mujer para que le voten el 9-J.
Ha decidido lo contrario. Bien es cierto que sabe jugar habitualmente las teclas emocionales de los españoles, como quedó de manifiesto en las elecciones generales del 23-J. Por eso se acoge ahora a todo lo que suene a “asustar” ante el auge de PP y Vox, y parece que las encuestas le otorgan al PSOE un resultado aceptable, sin descalabro, frente a una victoria del PP.
Hay que recordar que Begoña Gómez conocía su condición de investigada desde el pasado 24 de abril, día en que Pedro Sánchez tomó cinco días para reflexionar si dimitía o no. Las dos cartas, por tanto, escondiéndose en Begoña y utilizándola, para dar pena.
Isabel Díaz Ayuso, que también maneja bien las campañas electorales, ha avisado a los votantes del PP que no se confíen, porque puede suceder otro 23-J, en que ya celebraban PP y Vox una mayoría absoluta. Y en la Asamblea de Madrid van a pedir explicaciones al rector de la Complutense sobre el caso Begoña.
La semana pasada escribí que lo más seguro es que Pedro Sánchez logre su objetivo, teniendo la idiosincrasia de los españoles y sus reacciones emocionales.
Sin embargo, esta segunda carta de Sánchez ante la citación judicial de su mujer, y de paso anunciando que le quedan tres años de Gobierno, puede perjudicarle algo electoralmente, hasta tambalear las encuestas.
Cuando a los españoles se reitera hasta la saciedad lo que deben votar, se ataca a jueces y medios de comunicación, sin respetar competencias, saben cómo “castigar”, por tratarles como niños, votos cautivos o veletas. Y eso puede costar caro a Pedro Sánchez el próximo domingo.
¿Qué ha provocado ya? El apoyo de los jueces al juez Peinado. La extensión de lo que se va a investigar sobre el tráfico de influencias de Begoña, no solo en el ámbito judicial. Investigado el empresario aragonés Barrabés (Benasque, 1970), ideólogo del master que Begoña dirige en la Universidad Complutense de Madrid, y los contratos obtenidos por las “recomendaciones” de Begoña. La financiación del África Center del Instituto de Empresa del que fue directora, y como codirectora de la cátedra de Transformación Digital en la Complutense.
Más que movilizar el voto de “izquierdas e izquierdos”, Sánchez puede llevarse una sorpresa este domingo, en vez de dar pena y sumar votos feministas o de compasión. Sobrevuela una moción de censura o un adelanto de elecciones generales.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.