Soy de los que opinan que el independentismo catalán irá a menos. También lo deseo y espero, por afecto a Cataluña tras los nueve años de agradable recuerdo en que estudié y viví allí, por lazos históricos y por respeto a la mayoría.
No obstante, para que eso suceda, ha de haber una movilización mayor de los constitucionalistas, sin quejarse de no haberlo hecho hace décadas ya, y hacer respetar el Derecho, sin concesiones.
Laura Borrás, presidenta del Parlament catalán, recibió hace unos días a la Plataforma de apoyo a los etarras que va a homenajear al asesino Henri Parot esta Nochevieja, es decir mañana. Curiosa y expresiva relación.
La Fiscalía belga ha recurrido la decisión del Tribunal de Apelaciones de Gante de no extraditar a Valtonyc, al que la justicia española reclama tras ser condenado por amenazas, enaltecimiento del terrorismo e injurias a la Corona.
La sentencia histórica del 25% de enseñanza en castellano como mínimo en los centros educativos se encuentra con la negativa de altos cargos de la Generalitat a que se aplique, y también hay negativas en el Colegio de Abogados de Barcelona. Mucho tendrán que pelear los ciudadanos para hacer valer su derecho, acudiendo a los tribunales.
Tipos que animaban a apedrear la casa de un niño de 5 años porque sus padres habían pedido enseñanza en castellano. Los que quemaban contenedores y vehículos, y lanzaban adoquines, en Barcelona: no hay noticias de que paguen por ello, ¡por ser “gent de pau”!, ni indemnicen por daños y perjuicios, ni hayan tenido que pasar por tribunales casi ninguno de ellos.
El independentismo no violento tiene sus motivos, pero tampoco debe permitir la violencia que va creciendo en ciertos sectores del independentismo, que insisto son minoría: la mayoría no es independentista, y entre los independentistas hay una parte importante que no es violenta. Esta escalada de violencia debe ser cortada entre todos, sin silencios culpables. Anda mucho en juego.
No se puede tolerar que hayan amenazado de muerte a los líderes de S’ha Acabat, Julia Calvet y Jordi Salvadó, por defender el constitucionalismo. Ya les costó que unos delincuentes agredieran en la Universidad Autónoma de Barcelona, el pasado mes de noviembre, su carpa totalmente respetuosa.
Ahora, estos líderes han recibido la amenaza de “la próxima vez os quemaremos a vosotros” en sus teléfonos particulares, desde un teléfono oculto. Hubo más llamadas con insultos y mensajes de contenido sexual.
Julia y Jordi, dos jóvenes ya curtidos, están por desgracia acostumbrados a amenazas del independentismo violento, pero las llamadas a teléfonos particulares son un paso más. ¿Se están ya investigando y se sabrá el resultado de la investigación?
No queda otra opción para no ceder al independentismo violento. Hacer ver que son minoría, utilizar los recursos legales existentes y ser constantes. No son pocos los que se han marchado de Cataluña por este clima irrespirable, con frecuencia pensando en el bien y la paz de su familia: es una opción que les encanta a los violentos.
¡Feliz Año Nuevo 2022 a todos, también a los independentistas que ahora son violentos… para que dejen de serlo! Y que dejen de odiar, insultar y amargar la vida.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.