Nació en México el año 1735 y falleció, también en México, el 12 de septiembre de 1802.

Curioso empedernido, abordó diversos temas de la cultura, introduciéndose en el derecho, las matemáticas, la física, la arqueología, la medicina, la historia, la geografía y la astronomía.

Abogado en la Real Audiencia, escribió una disertación fisicomatemática sobre las auroras boreales, y una instrucción sobre los remedios de las lagartijas, a los que la creencia popular otorgaba cualidades contra el cáncer, pero fue en las matemáticas y en la astronomía donde tendría aportaciones notables que merecieron conocer reconocimiento internacional, en concreto sus observaciones sobre el eclipse solar de 6 de noviembre de 1771.

Pero si esta observación la realizó en su madurez, lo hizo con un bagaje que había acumulado durante toda su vida, siendo que en su juventud dio a luz un calendario para los fenómenos astronómicos.

Colaboró con el Virrey Manuel Antonio Florez Maldonado, con quien practicaba observaciones astronómicas en el curso de las cuales realizó los cálculos del cometa que sería visto el 24 de junio de 1788, lo que modificaba la posición del valle de México respecto a las mediciones al uso en Europa, situándolo unos cuantos grados más al Este, llegando a determinar que México se encontraba en la longitud de 6h 45’ 49’’, respecto a París.

Ayudante de Joaquín Velázquez de León en el Tribunal de Minería, fue propuesto para la cátedra de Mecánica, Aerometría y Pyrotecnia del Colegio de Minería. También tomó parte en la expedición astronómica ordenada por la Corona que fue encabezada por el astrónomo Jean Baptiste Chappe d'Auteroche.

Sus estudios físico-matemáticos fueron decisivos para la tranquilidad popular, que en 1789 se encontraba alterada por la presencia de una aurora boreal, y llevó a cabo observaciones y cálculos sobre los eclipses y realizó  anotaciones sobre la observación de Júpiter.

En 1790 destacó en el campo de la arqueología, cuando redactó su obra Descripción histórica y cronológica de las dos piedras que con ocasión del nuevo empedrado que se está formando en la Plaza principal de México, se hallaron en ella el año de 1790.

Las dos piedras no eran sino dos monumentales esculturas aztecas: la de La diosa Coatlicue y la Piedra del Sol o Calendario Azteca, que es un círculo perfecto que tiene representados los días; material que mostraba los conocimientos alcanzados por la cultura azteca, y que venía a ser útil para desarbolar a los eruditos europeos que ya entonces hacían arduos esfuerzos para desacreditar a España quitando importancia a la conquista que, según ellos, se realizó sobre unos pueblos en decadencia.

Una larga lista de autores europeos efectuaban relatos históricos, que colocaban al Nuevo Mundo en inferioridad respecto a Europa, presentando  un territorio donde la degeneración había hecho que hasta los animales perdiesen sus atributos; donde no había grandes cuadrúpedos, y hasta los leones habían perdido sus cualidades, refiriéndose al puma; y donde sus habitantes carecían de cualidades intelectuales y hasta sociales.

Una visión que, con la Ilustración, ha perdurado hasta nuestros días, y todos hemos podido ver películas donde tanto indígenas como criollos son presentados, en el mejor de los casos, como tristes personas sin cultura ni aspiraciones, desconocedores del menor concepto de lo científico, y condenadas a un estado de inferioridad en relación al mundo WASP.

Y sirviendo a esos principios, sobre la legión de plumíferos que descargaron todo su desprecio sobre el mundo hispano, nos encontramos con personajes como Joseph Lalande o  Alexander Humboldt quienes, conociendo de primera mano las aportaciones de Antonio de León y Gama así como de las otras investigaciones a las que tuvieron acceso, no tuvieron ningún rubor en apropiarse de sus aportaciones y condenar al ostracismo a quienes fueron capaces de ser sus maestros.

BIBLIOGRAFÍA:

Matos Moctezuma, Eduardo.Antonio León y Gama. En Internet https://dbe.rah.es/biografias/11968/antonio-leon-y-gama Visita 2-4-2023

Minniti Morgan, Edgardo Ronald.  ANTONIO de LEÓN y GAMA. En Internet https://historiadelaastronomia.files.wordpress.com/2015/06/leongama.pdf  Visita 2-4-2023

Pimentel, Juan, PIEDRAS Y ESTRELLAS Arqueología y astronomía en la obra de Antonio León y Gama 1735-1802. En Internet https://fundacionorotava.org/media/web/files/page163__05_Juan_Pimentel.pdf Visita 2-4-2023