El Tribunal Supremo ha dado la razón a la asociación Abogados Cristianos por el acuerdo de la Junta de Castilla y León de admitir un aforo máximo en los templos de 25 personas, por considerar la orden desproporcionada.
Afectaba a nueve provincias y la orden fue muy criticada por los obispos de la zona y numerosos colectivos. Resulta sorprendente una medida así, con independencia de la capacidad de cada templo, y el Supremo ha estimado que era injusta para la religión católica y, por tanto, afectaba a un derecho fundamental. Abogados Cristianos está demostrando que detecta abusos jurídicos contra el catolicismo: a veces gana sus recursos, y otras veces no, pero es una asociación constante, que no se guía por impresiones o meramente devociones religiosas, sino derechos y deberes, el núcleo de la justicia.
En Castellón la justicia no le ha dado la razón a Abogados Cristianos por el cierre de la basílica de Lledó el pasado 15 de enero por parte del ayuntamiento. La jueza ha argumentado que no ha habido una extralimitación por parte de la corporación municipal porque es de “titularidad municipal” y alega que hay otras muchas iglesias abiertas en la diócesis, que “se conducen de forma adecuada con cumplimiento de las medidas de aforo, desinfección y distancia social” y, por tanto, estima que no se produce un daño al derecho de libertad religiosa. Abogados Cristianos aseguró este viernes, tras conocer la decisión de la jueza, que el contencioso sigue adelante y no descartan la vía penal. Por su parte, el Obispado presentó el pasado 18 de febrero un recurso contencioso contra el cierre de la basílica, tras haber expresado dos veces por escrito al ayuntamiento su postura contraria, y no haber recibido respuesta.
Publiqué mi columna “Abrir Lledó” el pasado 3 de febrero. Sigue cerrado. Me sorprende que la jueza alegue que las iglesias están cumpliendo las medidas establecidas y se puede acudir a muchas –le falta decir todas, salvo Lledó-, para justificar el cierre. Y no se han cerrado otros espacios públicos en Castellón con notable afluencia. ¿Por qué Lledó sí? Alguien puede argumentar benévolamente que el ayuntamiento se precipitó, pero esa excusa choca con el hecho de que ni haya contestado al Obispado. Tanto interés tiene el Obispado como el ayuntamiento de evitar los contagios, y lo reconoce la jueza, pero Amparo Marco ni pregunta ni escucha. Eso se llama sectarismo práctico, para no juzgar las intenciones. ¿Qué diría el Supremo ante el cierre de Lledó? ¿Qué dice la sociedad de Castellón, porque no se le oye protestar, salvo a solas?
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.