Mañana miércoles se celebrará en el Congreso de los Diputados el acto por los 40 años de las elecciones democráticas en nuestro país, y será presidido por Felipe VI. A los primeros anuncios de ERC y Bildu de que no asistirían a este acto en señal de protesta por la presencia del Rey, se sumó Compromís.
Cada uno tiene su opinión y sus preferencias políticas, pero sin embargo en Compromís deberían calcular mejor el fondo y la forma sobre esta cuestión. En cuanto al fondo, el Rey es el jefe del Estado en España, guste o no. Celebrar las primeras elecciones democráticas en nuestro país es lo importante, lo que da consistencia a este acto. Asistir o no porque lo presida el Rey es perder de vista lo importante – al menos para la mayoría de los españoles, y quién sabe si para la mayoría de los votantes de Compromís -, apelando a un rechazo de la monarquía porque presida el acto, que es algo formal, aunque se ve que disgusta mucho a algunos. La corrección institucional es compatible con defender otras opciones, que indudablemente tienen partidarios, argumentos, pero no parece que en nuestra democracia sea bien visto el “plantón”.
Por encima de las diversas opciones políticas, apostar por un funcionamiento normal de las instituciones sería buena señal, por educación política y responsabilidad. Insisto: creo que es algo que está por encima de si se es partidario de la monarquía o de la república.
Me llama la atención el tono de las palabras de Carles Mulet, portavoz de Compromís en el Senado, sobre esta cuestión, en la que mezcla algún hecho objetivo con alguna falsedad notoria. Mulet ha dicho que la monarquía es una figura impuesta que no ha podido votar el pueblo, “que no ha pasado por las urnas”. A Mulet le molesta “volver a las escenas de besamanos, boato y caspa que envuelven las ceremonias reales”. Le molesta la monarquía, y hasta sus manifestaciones le producen alergia, como se ve.
Yo expreso mi respeto hacia quien prefiera una forma u otra de gobierno, pero esa afirmación de Mulet es falsa: si tenemos Rey es porque lo votamos en la Constitución de 1978. Podía no haberse votado, pero da la casualidad de que lo votamos los españoles. Es cierto que las elecciones fueron en 1977, un año antes, con una monarquía restaurada, pero esa provisionalidad quedó refrendada por la aprobación de la Constitución. Hablar de imposición, por tanto, es falso
La postura separatista y republicana de Compromís es evidente en sus líderes, pero deberían reflexionar si en la coalición comparten sus votantes esa posición, y sobre todo tener rigor a la hora de razonar una decisión como ésta, pues es una manipulación. Puede verse como mera postura formal y hasta previsible de la coalición nacionalista, pero más inquietante es el intento de justificación violentando la razón y la historia.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.