Pablo Echenique ha sido condenado por la jueza del Juzgado de lo Social número 2 de Zaragoza a pagar 1.039 euros por pagar en negro a su asistenta social en dos períodos, 2011-12 y 2015-16.
La jueza ha rechazado el argumento de que era un arrendamiento de servicios y que podía ser autónoma esa persona. Ha razonado que había una relación laboral estricta, con dependencia del empleador y un poder de dirección y organización del trabajo propios de una relación laboral, no civil, en contra de lo alegado por Echenique, que piensa recurrir.
No es una opinión meramente personal, clamor en la calle, efervescencia en las redes sociales. Echenique debe dimitir porque quien abogaba por los derechos de los empleados del hogar ha demostrado que se lo saltó a la torera. También porque el Código ético de Podemos obliga a dimitir a los “condenados por delitos contra los trabajadores”. Y además porque el secretario de Organización de Podemos no ha sido ejemplar ni antes de pertenecer a Podemos ni después, yendo en contra de una de las reivindicaciones básicas del partido de Pablo Iglesias de ponerse al lado de los débiles y defender a los trabajadores sin abusos en la contratación, y en contra de toda corrupción: no cotizó a la Seguridad Social.
Por estos hechos, ya prosperó en el ayuntamiento de Zaragoza en 2017 una reprobación presentada por el PP, que apoyaron Ciudadanos y Chunta Aragonesista.
Incluso entre simpatizantes, votantes o miembros de Podemos hay indignación, y querrían que dimitiera. Pero no se atreven por posibles represalias del partido –según dicen-, curiosamente en un partido que alardea de democracia interna.
Si no dimite de sus cargos Echenique, Podemos incrementará su pendiente cuesta abajo. Los demás partidos recordarán en plena campaña electoral la irregularidad de Echenique.
Ya resulta difícil medir qué hechos explican mejor el hundimiento de Podemos, en resultados y encuestas: la dimisión de Iñigo Errejón, el chalé en Galapagar o la condena de Echenique.
En Podemos, por ahora, han adoptado la postura de defender a Echenique ¡invocando que la sentencia no es firme! Ellos redactaron el Código ético, y ellos lo interpretan, en contra del sentir popular, que una vez más comprueba las cabriolas de un partido político para justificar lo injustificable. Sólo falta que Podemos cree una comisión de interpretación del Código ético.
Criticaban la “casta” de los políticos: Iglesias ya vive en un lujoso chalé de 600.000 euros y Echenique nos quiere explicar que el contrato fue de mutuo acuerdo con sus asistente personal, sabiendo –como sabemos– la precariedad y necesidad económica en que se encuentran muchas personas que desarrollan esa tarea.
Hay personas que contratan en negro a empleados del hogar porque no tienen dinero suficiente para hacerlo legalmente ni las entidades que gestionan la Dependencia facilitan los medios para lograr esa asistencia o pagarla. No parece que fuera el caso de Echenique.
Con el enrocamiento de Echenique pierde Podemos, y pierde la clase política española. El comentario de estos días de que la corrupción está en todos los partidos, como algo inevitable, produce desazón y distanciamiento, una vez más, de los políticos. Podemos aireaba que iba a regenerar la política, y está cayendo en los peores vicios: ostentación de Iglesias y corrupción laboral por parte de Echenique.
Echenique arremetió contra Iñigo Errejón porque no dimitió de inmediato como diputado en el Congreso tras su “traición” con Manuela Carmena, alegando con sorna que “de algo tiene que vivir hasta mayo”. Errejón dimitió y ahora las palabras de Echenique le retratan: demuestra que no te aferras a los cargos para vivir de algo, pues eres licenciado en Ciencias Físicas y tienes otras opciones en la vida. Sé algo coherente, Pablo Echenique.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.