Repetidamente hemos venido recordando que Ábalos ha sido el gran amigo de Sánchez, el que le acompañó en su travesía del desierto, le convenció para que presentara la moción de censura que el mismo Ábalos defendió. Lo que no sabíamos es que esa amistad se mantuvo hasta fecha reciente -2023- después de que Sánchez le retirara sus responsabilidades en el gobierno y el partido.

La correspondencia cruzada entre ambos amigos, llena de sentimientos, que acaba de desvelar la prensa, gracias probablemente a la mano inocente del propio Ábalos, refleja no solo la nostalgia y el recuerdo agradecido por el gran apoyo que el maestro valenciano prestó al Presidente, sino que a la vez revela una faceta de Sánchez que desconocíamos.

Sabíamos de él que es patológicamente mentiroso, que es ambicioso, presuntuoso, resistente, chulesco entre otros muchos rasgos, pero lo que desconocíamos era la desconfianza profunda -teñida de desprecio- hacia sus socios de partido, en particular hacia los que ocupaban la presidencia de algunas autonomías, tales como Castilla La Mancha, Andalucía, Aragón, Valencia y Extremadura.

Se dirigía a Page pidiéndole que no le tocara los co..., a Lamban lo calificaba de "petardo", el estado de ánimo de Susana Díaz lo calificó como jo..., al valenciano Puig y al extremeño Fernández Vara los consideraba como hipócritas, igual que al resto.

Han trascendido también, por añadidura, algunos insultos a miembros de su gobierno, así de Margarita Robles dijo que seguramente dormía con uniforme  y que era una pájara (¿quizá por el buche permanente?) y a Pablo Iglesias lo considera un necio.

Insultar y burlarse de sus colegas y colaboradores es un rasgo muy particular que una vez puesto en marcha no tiene límites ni frenos. Seguro que Sánchez ha calificado burlonamente, aunque sea en la intimidad familiar, a otros miembros de su gobierno.

De Yolanda Díaz seguramente criticará su vestuario poco acorde con su ideología y seguro que a Begoña le fastidian los besos permanentes a su Pedro a quien sujeta por el cogote para que no se le escape el ósculo. María Jesús Montero seguro que es motivo de chanza por la forma tan ridícula que tiene de aplaudir a sus colegas, sacando los dedos meñiques como solían hacer los cursis al sujetar su taza de café.

Algunos le vienen ya con el mote puesto, así "Oscargután" -Oscar Puente-, "Napoleonchu" -Albares-, "Gracita" -Bolaños-. Otros como Marlaska, Alegría,  Torres, Planas, Urtasun, Oscar López, seguro que alguna broma se habrán llevado. El resto del equipo es tan gris que dudo el Presidente se acuerde incluso de sus nombres.

Pero no se preocupen que la sangre no llegará al río. La señora Robles ya le ha quitado hierro al asunto. Los embajadores en Paris, encantados de la vida. Los que más se quejaran son Lamban y Vara que nada tienen que perder.

Imagen: El Correo