Cada vez más, tenemos la convicción de que los medios de comunicación están concentrados en grupos o personas de influencia mundial. Es noticia lo que ellos dicen que lo es, y su importancia la que ellos dicen.
Es un contraste total con el auge de las redes sociales, que se libran de esa concentración y permite a cada ciudadano expresar datos, opiniones e incluso imágenes. Bueno, no siempre, porque las redes sociales a veces no permiten ciertas informaciones, que con el tiempo será conveniente analizar.
¿Libertad de expresión? Sí y no. Lo que es seguro es que el periodismo sufre en su médula. Lo que está pasando en Afganistán, por ejemplo, es un silencio escandaloso, por la poca información que facilitan y el desinterés o prejuicios al informar.
Se habla de “genocidio” en Gaza. No se debe olvidar –algunos medios españoles lo olvidan escandalosamente, y prefiero no hacer la lista, porque basta con consultar internet– el genocidio de cristianos en África, de modo especial en Nigeria, donde están muriendo miles de cristianos, y también en otros países africanos.
Nigeria, el país más poblado de África, lleva más de una década sufriendo el exterminio de cristianos, sobre todo por parte de poblaciones mayoritariamente nómadas y que profesan el islamismo. Iglesias sistemáticamente incendiadas, ¡más de 20.000 en la última década!, decenas de miles de hombres, mujeres y niños asesinados, secuestrados, apaleados.
El diccionario de la Real Academia Española ofrece una definición de “genocidio” que es interesante, cuando tanto se habla del genocidio en Gaza y casi nada del de Nigeria y países africanos. “Exterminio o eliminación sistemática de un grupo humano por motivo de raza, etnia, religión, política o nacionalidad”.
Las matanzas continuas de cristianos, por el mero hecho de serlo, son un genocidio sin matices. ¿Por qué el doble o triple rasero mundial ante las matanzas que se han producido o las actuales?
Cuando se airean palabras como derechos humanos, libertad, igualdad, solidaridad, diálogo religioso, lo que está pasando en Nigeria indigna, duele, por la hipocresía internacional y el sectarismo informativo.
Para entender algo de lo que está pasando en Nigeria, es el país más poblado de África –unos 230 millones de habitantes– y el presidente del país y las autoridades son musulmanes, desde hace 10 años: el exterminio se enmarca en los últimos diez años. Pasivos ante lo que está pasando. Un 45% de los habitantes son cristianos y un 45% son musulmanes.
Si triunfa el extremismo islámico en Nigeria, la extensión por África es evidente. La razón por el silencio ante este genocidio es más que evidente.
Imagen: Omnes
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.