Este fin de semana el Nuncio de Su Santidad Francisco I, Don Bernardito Auza ha visitado oficialmente Castellón respondiendo a la invitación de nuestro Obispo Don Casimiro López. El apretado viaje ha incluido una esplendorosa Misa en el Seminario Mater Del en que se vio asistido por el Obispo, por 30 sacerdotes y una decena de seminaristas, amén de los fieles de la zona.
Durante sus escasas 48 horas en la región, pudo inaugurar la Casa de acogida San Pascual Bailón, en Villarreal y recorrer algunas de las principales localidades de Castellón en su ruta hacia Segorbe donde tuvo lugar el acto principal que le trajo a la provincia: la celebración del 775 aniversario de la fundación de aquella magnífica Catedral y la Clausura del año Jubilar.
Tuve ocasión de participar en algunos de estos eventos y departir largamente con mi ya antiguo amigo Don Bernardito desde nuestros tiempos en Bulgaria, donde dio el sacramento de la confirmación a nuestros tres hijos y a algunos de sus amigos y más tarde en Madrid donde casó a una de nuestras hijas.
Don Bernardito, persona dinámica, inteligente y afable está haciendo una brillante carrera diplomática que después de Madagascar y Bulgaria le condujo a Albania, a Haití -en los tiempos del terremoto-, a la delegación de la Santa Sede ante Naciones Unidas y la OEA en los Estados Unidos antes de incorporarse hace tres años al frente de la nunciatura en Madrid.
Para los no versados en el tema les recordaré que ser Nuncio es algo así como ser Embajador pero con varias ventajas en favor de aquel. La primera es que al llegar a su destino en cualquier país de tradición católica, el Nuncio se convierte automáticamente en Decano del Cuerpo Diplomático, saltando por delante, a efectos protocolarios y representativos, de otros Embajadores que llevaban quizá lustros trepando en el escalafón.
Mucho más importante que dicho privilegio es el hecho de que al llegar a su nuevo puesto, un Nuncio contará automáticamente con un lobby extraordinario en la forma de los Obispos, los párrocos, los sacerdotes y los fieles católicos que existan en ese país. En el caso de España tenemos 64 obispos titulares, 12 auxiliares y 35 eméritos, en total 111 a los que hay que añadir 12 Cardenales.
Tenemos en España 23.000 parroquias y 735 monasterios atendidos por 42.000 sacerdotes y monjas en una proporción muy favorable a estas últimas, lo que nos lleva a la conclusión de que el número de parroquias es superior al de sacerdotes para atenderlas y a la necesidad de importar curas y practicar el pluriempleo en la España vaciada donde es preciso multiplicarse y atender varios pueblos a la vez.
Pero lo cierto e importante es que el Nuncio contará con el apoyo automático de miles de religiosos que podrán apoyarle en su labor en un país como España en que a pesar de todo existe un buen 61% de católicos practicantes con mayor o menor intensidad.
Después de nuestras charlas en estos días, el Nuncio sabe muy bien que en Benicasim tiene un refugio donde desconectar de las intensas obligaciones de su cargo. Ya le estamos esperando de nuevo.
Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho.
Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993.
Primer Embajador de España en Macedonia en 1995.
Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.