El pasado lunes, el conseller de Educación y Cultura, el castellonense Vicent Marzà, comenzó su intervención en el Fórum Europa Tribuna Mediterránea aludiendo a unas palabras del Papa Francisco sobre la corrupción, calificándola como “cáncer social”. Luego, Marzà repasó las cuestiones que afectan a tan importante Consellería. Un recurso de oratoria es intentar captar la atención al comienzo, con alguna idea sugerente e impactante. Que empezase con una cita del Papa, precisamente Marzà, sorprendió al auditorio, pero a mí me parece bien, porque el Papa es una referencia moral mundial y la corrupción en España está tan extendida que ocupa buena parte de las páginas diarias de los periódicos y auténticos bloques informativos en las televisiones, prensa digital y radios.
En un conseller de Cultura es una buena señal de apertura ética, apelando a diversas instancias sin sectarismos. La doctrina de la Iglesia no es para sótanos y sacristías, sino que ofrece luces de interés para todos, incluidos los no practicantes o no católicos. Sin embargo, citar al Papa obliga a mucho, porque denunciar la corrupción ha de ser en todas sus formas, países y partidos políticos. Marzà se ciñó a la corrupción del PP, pero tendría que explicar por qué su partido, Compromís, no apoyó la semana pasada que se investiguen los casos de enchufismo político –en detrimento de la profesionalidad y la transparencia – que se están descubriendo en la Comunidad Valenciana, precisamente gobernando su partido, el PSPV y con el apoyo de Podemos. El partido de Pablo Iglesias se abstuvo a la propuesta del PP – que votó favorablemente Ciudadanos – y, gracias a esa abstención, salió adelante esa propuesta que busca atajar la corrupción, sobre todo en el área de Sanidad, donde la consellera Carmen Montón está llevando a cabo nombramientos muy sospechosos de sectarismo.
La corrupción salpica nuestro país. Esperanza Aguirre dimitió ese mismo día por no haber vigilado bien el PP de Madrid. Unos días antes, desde Aragón, Podemos pedía la dimisión del socialista Marcelino Iglesias, tras haber sido condenado un consejero de su etapa de gobierno en Aragón. Los EREs en Andalucía y los cursos de formación siguen salpicando a los socialistas. El saqueo de los Pujol sigue conociéndose, pero el entramado que tejieron hace más que sospechosos al entorno político de Jordi Pujol. Y podríamos seguir. Son todos un cáncer, y citar al Papa exige no instrumentalizarlo ni callar, por ejemplo, todo lo que dice sobre la libertad de enseñanza, que Marzà ignora.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.