“No es cierto que el Poder corrompa al hombre, es el hombre quien corrompe al Poder
(Bernard SHAW)
No cabe duda que la Historia de la Humanidad, desde el inicio de los tiempos, nos dice que el hombre ha intentado caminar –en ocasiones erróneamente- en la dirección de alcanzar y mejorar el progreso logrado por sus antecesores, empleando el poder y los sistemas a su alcance, para aumentar el bienestar, controlar el territorio y mejorar el futuro de sus gentes. En definitiva alcanzar soberanía, riqueza y libertad, o lo que es lo mismo Poder.
El ejercicio del Poder, controlado por el pueblo (Democracia) podríamos decir que no solo es bueno y necesario, sino imprescindible para que la armonía del binomio (Libertad-Ley) controle así mismo al Poder establecido. A veces nos preguntamos ¿Qué Poder superior si no, podría entonces controlar y corregir al Poder establecido? Pues esa única fuerza superior que emana del pueblo es la Constitución, aplicada con la Ley y la Libertad, llamada también Carta Magna. (Ley de Leyes y Poder de Poderes) con un Tribunal Constitucional que puede controlar, avalar y sentenciar al Estado y sus poderes: Legislativo, Ejecutivo y Judicial, como los Derechos y Deberes de sus ciudadanos. La anulación total o parcial de artículos fundamentales de la Carta Magna, supondría la anarquía e imposición de otros sistemas autocráticos que la Historia ya ha demostrado su ineficacia y terror.
Los Sistemas nos hacen pensar claramente, como decía Sandro Pertini (7º Presidente de Italia en 1978): “A la más perfecta de las dictaduras preferiremos siempre una imperfecta democracia”. No es necesario recalcar cómo se alcanza el Poder en los Sistemas democráticos (ya descritos) y cómo en los autocráticos (procesos revolucionarios, golpe de Estado, civil, militar, político, religioso… todos por la fuerza, sin libertad y sin ley). La Historia nos da cumplida cuenta de ambos sistemas; todo el mundo los identifica como tales, analiza sus bondades o maldades, sus libertades o esclavitudes, las riquezas o sus miserias, las vidas o las muertes que producen…
Los sistemas autocráticos se imponen, en principio, prometiendo el “oro y el moro”, engañando a los niveles más necesitados y descontentos de la sociedad; son el comunismo, nazismo, nacionalismo, antisistema, anarquismo… de todos los colores e ideologías, que con “cantos de sirenas” mienten, mediatizan y golpean para conseguir el poder, quitando o menguando a las gentes sus principios, derechos y libertades básicos, ya conseguidos o no por el sistema anterior. Así ocurrió en todo el mundo el pasado siglo y comienzo de éste. Son sistemas y movimientos ya trasnochados y fracasados, en los que ningún país serio y moderno cree, porque la historia clama y alerta que provocaron millones de muertos y millones de pobres en todos los países que creyeron o les impusieron a la fuerza sus utopías, engaños y parafernalias.
En la actualidad, además del peligro de los partidos anteriormente citados, parecen renacer de sus “cenizas” del comunismo internacional, sus nuevos cachorros; son los populismos del siglo XXI que intentan reunir y amalgamar a los ultra izquierdas y derechas radicales centroamericanos y europeos. De momento en Europa, poco a poco pero sin pausa, van ganando escaños en el Parlamento Europeo, teniendo ya escaños en los Parlamentos Nacionales y ministros en algunos de sus gobiernos.
Por último, la actuación de las Personas que llegan al poder, tienen obviamente mucha importancia y trascendencia que en el conjunto del sistema. Pueden hacer mucho bien, con errores o sin ellos, que en las siguientes Elecciones Generales, se pueden enmendar o corregir (Sistemas democráticos) o mucho mal, con mucha hambre, muchos muertos y mucho dolor como los causados por poderes, líderes e ideólogos de infausto recuerdo, como Marx, Lenin, Stalin, Hitler, Castro, Osama Bin Laden… que aterrorizaron al mundo el pasado siglo (Sistemas autocráticos) en los que hoy sus “primos”, intentan imponerse bajo otros “collares”, de populismos, nacionalismos, radicales islámicos… con sus ideologías y sistemas similares al de sus antecesores, para llegar al Poder, que siempre han fracasado, aunque el daño y el tiempo haya sido grande y el peligro del presente y del futuro puede ser mayor.
La realidad es que la situación política, económica y social actual nos hace pensar en la cita, atribuida a Don Miguel de Cervantes, que decía: “Cuando el zorro predica en el corral, no están seguros los pollos”. Nos atrevemos a añadir además, que tampoco están seguros la comida de los pollos, su corral y su seguridad. ¡Cuidado¡ que estos enemigos de la paz y de la libertad ya los tenemos dentro, en nuestras ciudades y en los Parlamentos y Gobiernos de nuestros países. ¡Peligro ¡