Cuando Castilla y León tendrían que haber concentrado la atención pública durante semanas y la derecha podría haber estado capitalizando la victoria del PP y Vox y las derrotas del PSOE y UP, he ahí que estalla una lucha fratricida dentro del PP que enfrenta a la lideresa madrileña Ayuso con el líder nacional Casado.
Quién se acuerda ya de un tal Mañueco o un tal Gallardo, de ‘Soria, ya’, de ‘UPL’, de la España vacía, del nacimiento de mini partidos a la manera de “Teruel existe”, que aunque surgieran robando votos a la izquierda, serían utilizados por ésta que se beneficiaría de sus apoyos al llegar a un parlamento cada vez más fragmentado.
Nadie, nadie se acuerda de todo ello. Casado, Teodoro, Almeida, Ayuso, Miguel Ángel Rodríguez concentran toda la atención del país. Las peticiones de dimisión van en todas direcciones llevándose la palma, hay que reconocerlo, los inquilinos de Génova. Por el momento el único dimitido es ese personaje gris oscuro, Carromero, que tras su paso lamentable por Cuba que causó la muerte accidental del líder de la oposición castrista, Oswaldo Paya, y de cuatro años de carcel, reaparece como Director General de Coordinación en el Ayuntamiento de Madrid y espía oficioso del partido. Su defenestracion no sirve de nada a la hora de calmar los ánimos. Los principales protagonistas del drama siguen ahí aunque todos ellos y el partido en su conjunto, debilitados.
En defensa de Ayuso hay que decir que hace un lustro a doña Isabel no la conocía nadie fuera de las juventudes del partido. Sin embargo su hermano Tomas ya se dedicaba a import-export desde principios del siglo. Quizá por prudencia podría haberse mantenido al margen de operaciones conectadas con las responsabilidades de su hermana una vez ésta accedió a la Presidencia de Madrid. Pero en la importación de mascarillas con las que se ganó 55.000 euros, no parece haber nada ilegal sino más bien, habría que agradecerle que las consiguiera en un momento en que se produjeran muchos fraudes en este sector y en que la escasez de mascarillas llevó al gobierno a sentenciar que eran prescindibles por inutiles. Los familiares de nuestros políticos tienen derecho a ganarse la vida siempre que lo hagan limpiamente.
En defensa de Casado hay que decir que, vistas las consecuencias que pagó el partido por las acusaciones, justas o injustas de corrupción, incluida la moción de censura que llevó a Sánchez a la Moncloa, andara con pies de plomo para que la Presidenta autonómica bandera y posible Presidenta del PP de Madrid, no entrara con mal pie y debilitara al partido entero. No más daño podía Ayuso haber causado al partido que el castigo que está recibiendo ahora.
Disiento de las afirmaciones categóricas que se están escuchando: “O cesa a Ayuso o Casado está muerto”, “Solo uno puede quedar”. Quizá sea suficiente con apuntar al segundo nivel y desplazar a quienes vienen enredando más de lo necesario. Un Teodoro o un MAR, por mucho que les duela a sus jefes, por muy valiosos y leales que sean a Casado y Ayuso, están causando más problemas que soluciones.
Mucho menos aceptable sería que los de Génova hubieran estado arrinconando a Ayuso por temor a que su éxito en Madrid pudiera hacer tambalear el liderazgo nacional de Casado. La convocatoria del Congreso popular se presenta así como urgente y el nombramiento de alguien al frente del PP madrileño, también.
Los abrazos de los dos líderes del PP deben dejar de ser protocolarios. Buscar a estas alturas relevos a esos puestos sería suicida para el PP. En el mejor de los casos quedan casi dos años para las generales. En el peor, Sánchez podría convocarlas ya.
Tampoco creo que tengamos inevitablemente a Sánchez hasta 2030. El PSOE que ha perdido en cuatro de las cinco últimas elecciones, está bajo mínimos. En medio año, el panorama político puede cambiar radicalmente. Como ha cambiado en tres días.
A menos que el PP, en lugar de pegarse un tiro en el pie, decida pegárselo en algún punto más vital del cuerpo.
Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho.
Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993.
Primer Embajador de España en Macedonia en 1995.
Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.