Hay que anotarlo: el presidente norteamericano, Donald Trump, ha reconocido incluso un error suyo siendo presidente. Pero dice que el error es que no comunicó bien sus planes sobre los inmigrantes. Sigue asombrando.
Trump atiza a todos, con la excusa de que piensa en el bien de los norteamericanos. Salir elegido presidente no es un cheque en blanco para nadie. La personalidad de Trump está dando noticias continuamente, facilitando el trabajo de los que él considera los seres más deshonestos de la humanidad –los periodistas-, a quienes acusa de publicar falsedades sistemáticamente inventándose fuentes informativas. Y las protestas contra él, las atribuye a Obama.
La culpa de todo la tienen Obama y los periodistas, no deja opción a que existe la libertad y hay millones de personas en Estados Unidos y en el mundo que discrepan de sus formas y de su fondo, pero la ley electoral norteamericana le aupó a presidente, y es la realidad. Si algo falla, él nunca ha fallado. Pero la excepción ha sido que ahora ha reconocido que la comunicación ha fallado en el caso de la expulsión de los inmigrantes, orden aprobada el 27 de enero y detenida judicialmente: ha añadido que “quizás yo” he fallado. Y se queda tan tranquilo.
Primera ocasión que Trump reconoce un error, con la coletilla de “quizás”. Es curioso que él, que está criticando a los periodistas y los medios de comunicación como hasta ahora ningún presidente norteamericano lo había hecho, precisamente hable de que él no ha comunicado bien sus planes. Puede ser un reconocimiento indirecto de que la comunicación, incluida la de los periodistas, tiene sus dificultades y carencias.
Suele suceder en diversos ámbitos cuando hay dificultades: ha fallado la comunicación. Ocurre cuando un matrimonio pasa por dificultades o hay malestar en una empresa: siempre lo que falla es la comunicación, parece ser. Un socorrido salvavidas. Siendo importante y crucial en toda actividad humana la comunicación, hay que analizar que a veces hay decisiones y realidades que son equivocadas, y no es un problema de comunicación: la comunicación transmite lo que hay, una realidad, con mayor o menor acierto, o al menos debe hacerlo.
Trump arremete contra periodistas y poderosos medios de comunicación que daban como ganadora a Hillary Clinton. Y eso no lo persona el actual presidente, que ha sabido “comunicar” de un modo peculiar durante la campaña electoral, conectando con las clases trabajadoras y medias norteamericanas, dando la gran sorpresa electoral.
Trump comunicó a su manera durante la campaña, y le salió bien para sus intereses. Si quiere acabar su mandato presidencial, ahora ha de cambiar y repensar muchas promesas, para poder realizar y comunicar políticas viables. ¿Cómo va a lograr la reducción de impuestos, por ejemplo?
Puede ser un dictador elegido democráticamente, o puede ser un presidente efímero. Hay quienes piensan que será un buen presidente. Veremos
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.