El 9 de Octubre se celebra el Día de la Comunidad Valenciana. Se festeja que, en ese día de 1238, Jaime I entró oficialmente en Valencia liberándola del dominio musulmán. La Senyera valenciana ha presidido los actos desde 1365.
No se recuerda ningún año en que los preparativos sean más convulsos y preocupantes. Los radicales independentistas hablan de que va a ser histórico, y también lo hacen las entidades valencianas, que van a salir a la calle como nunca como reacción a los intentos del auge independentista o pancatalanista en la Comunidad Valenciana. La bandera de los independentistas no es precisamente la Senyera valenciana. Al menos, es un reiterado intento de tergiversar la historia y el sentido de la fiesta.
Puede ser “histórico” en varios sentidos, aunque los prolegómenos hacen previsibles episodios de violencia, que ya existen en las convocatorias de Arran y otras entidades independentistas, que abiertamente llaman a que Valencia sea “tumba del fascismo” y que se lleve a cabo la revolución social.
Arran está organizando autobuses desde diversos puntos, y también un tren desde Castellón, sin permiso. El tono de su mensaje “No pasarán” no admite muchas interpretaciones. En las redes sociales asustan con sus pretensiones, reflejadas en carteles y vídeos, o pretenden asustar, pero no quedan dudas sobre sus intenciones. “Valencia, tumba del fascismo” es otro de sus lemas para el 9 de Octubre: ¿defender la unidad de España es lo que a ellos les parece fascismo, o las muchas banderas españolas que van a ver ese día en las calles de Valencia?
Las autorizaciones y la permisividad que la Delegación del Gobierno en Valencia está mostrando, de modo que todas las ideologías se puedan manifestar, alimentan la sensación de que puede haber incidentes, al permitir todo.
Nada se sabe de la intención que la Subdelegación del Gobierno expresó a entidades independentistas de detener a las “columnas” de Arran a las afueras de Valencia, con 7 manifestaciones variopintas autorizadas y otra más en marcha -una de ellas Antitaurina, que hubiera sido preferible autorizarla en otro día, pues ya tiene suficientes ingredientes ese día como para mezclar manifestaciones-, o tal vez eso mismo busca la Delegación del Gobierno, de “a río revuelto, ganancia de pescadores”.
Ojalá sea “histórico” porque triunfe el sentido común, que es celebrar pacíficamente el Día de la Comunidad Valenciana, y no intentar desfigurarlo en una supuesta “Diada de Valencia” con unos supuestos Países Catalanes en el horizonte.
En medio de convocatorias improcedentes, UGT y PSPV han tenido el sentido común de desmarcarse y no acudirán a la manifestación convocada por la Comisión 9 de Octubre -Acción Cultural del País Valenciano, el propio PSPV, Compromís, Podemos y Comisiones Obreras, entre otros- , alegando que son constitucionalistas y no independentistas, y por tanto UGT y el PSPV reconocen que la Comisión que organiza la manifestación vespertina alienta el independentismo valenciano y catalán.
UGT y PSPV participarán en la procesión cívica matutina, y no en actos que se involucra el conflicto en otros territorios, según manifestaron ayer. Más claro el agua. Tanto UGT como PSPV han calculado mejor el coste que podía tener su asistencia en términos electorales, en la Comunidad Valenciana, y a nivel nacional en el caso de UGT.
Se avecinan elecciones y Ximo Puig se ha dado cuenta a tiempo del error, desmarcándose de una manifestación que el propio PSPV figuraba como convocante: ¡los malabarismos de la política! Y también que Puig se ha dado cuenta de que este año el valencianismo está mucho más movilizado -sabe bien que la mayoría de los votantes socialistas no son independentistas- y que intuye que va a haber algo más que “choques” ese día por parte de los independentistas.
Seguro que el giro del PSPV se fraguó ayer en la entrevista con Pedro Sánchez el 9 de Octubre, arrancando de Pedro Sánchez que él mismo acudirá el 9 de Octubre a Valencia. Una jugada de Pedro Sánchez y Ximo Puig digna de análisis: el independentismo no les da votos, les resta.
Respecto a Compromís, su apoyo al independentismo y pancatalanismo es evidente en diversos líderes, aunque otros se desmarcan de esa orientación. Movimientos muy calculados, confusos, con la ayuda de la Delegación del Gobierno, que está contribuyendo a una organización caótica, de la que cabe esperar de todo.
Lo dicho: puede ser un día “histórico”, pero ojalá sea porque tenga su sentido valenciano, que es el de la mayoría de los valencianos.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.