La Sanidad pública valenciana está incrementando las listas de espera de los pacientes, y es algo que oímos con frecuencia entre amigos y conocidos, con retrasos que no son de recibo. Hay una crítica ciudadana generalizada y, en honor a la verdad, estas esperas interminables son un sufrimiento para los médicos: no está en sus manos la solución, sino en la Consellería de Sanidad, en la organización de los servicios sanitarios. Estos días se oye lo ya conocido: “no hay que tener problemas de salud en agosto, porque los hospitales están en cuadro, y desde luego no pretender pruebas en estas semanas”.
La primera cuestión que hay que plantearse es si los datos que conocemos son excepciones, o bien síntomas de una Sanidad enferma, que debe ser el primer servicio público de calidad y rapidez. Más bien, a juzgar por lo que simplemente llega a oídos de cualquiera, hay una queja generalizada por esperas desesperantes, con perjuicios y riesgos para los sufridos pacientes: meses para ser atendido por el especialista y diagnosticar, y más meses para intervenir, que a veces es necesario. Mientras tanto, el paciente sufre.
Catorce meses de espera en el Hospital de la Plana para realizar una colonoscopia, con varios pacientes de Castellón derivados a un hospital de Burjassot, y la Consellería dice que se debe al aumento de pruebas de control derivadas de la aplicación del programa de diagnóstico precoz de cáncer de colon implantado por la propia Consellería: algo no cuadra si se habla de precocidad y se retrasan las pruebas sistemáticamente. Los propios pacientes, ante las molestias que ocasionan ese tipo de pruebas, se siguen preguntando por qué no se les deriva a un centro privado más cerca, y esa solución podría servir para otro tipo de pruebas o intervenciones, salvo que ideológicamente en la Consellería se opongan a derivar a la privada, porque es reconocer deficiencias en la sanidad pública. Otro caso es el del Hospital de Vinaroz, donde han dado cita a un paciente para el neurólogo para un año y cinco meses después, ¡para el 4 de noviembre de 2020!
¿Vamos a peor? Sí: en mayo de 2015 había 61.000 pacientes esperando ser operados, y en mayo de 2019 hay 66.000. Hay soluciones: la primera, que todos los medios de comunicación se hagan eco de estas realidades lamentables; luego, no resignarse, sino presentar quejas, denuncias, e incluso recoger firmas o manifestarse.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.