“Villa Victoria, los lenguajes ocultos”, la novela que Víctor Vázquez presentó hace 25 años, tuvo un recuerdo especial el pasado viernes en Benicàssim, en un entrañable acto que se celebró en el jardín de Villa Elisa. Una tarde-noche típicamente veraniega, con un paseo marítimo abarrotado que parecía sumarse al acto cultural que se celebraba a escasos metros.
No es frecuente que se organicen actos conmemorativos de la publicación de una novela. Por algo será que se ha hecho en este caso. Víctor nos invitó a amigos, colegas, periodistas, artistas, vecinos y cuantos quisieran asistir, y más de 100 personas asistimos, de Castellón, Benicàssim o de otros lugares de España, como pude comprobar por algunos amigos que asistieron. Cuando parece que sólo se habla o se puede hablar del calor, de la playa, a veces en conversaciones intrascendentes o con escaso atractivo, un acto de estas características recuerda que la cultura también tiene su sitio en el descanso, en las vacaciones. Ahí estaba el concejal de Cultura Javier Alonso, para reafirmarlo con su presencia y su participación en el coloquio.
Flanquearon en la mesa presidencial al autor dos personas: la concejala de Turismo, Elena Llobell, y el catedrático de Literatura de la Universitat Jaume I Santiago Fortuño. La concejala ejerció de buen anfitrión, con intervenciones de quien se adentra en la novela y en el autor, sin una mera presencia testimonial o protocolaria. El catedrático ilustró con precisión la historia de las Villas de Benicàssim, surgidas de una tertulia de militares en el Casino Antiguo: ojalá se prodiguen más tertulias semejantes, que originen iniciativas ciudadanas, culturales, solidarias o de cualquier tipo.
El autor de la novela evocó la redacción de la novela, recuerdos de su infancia en Benicàssim, plagados de anécdotas simpáticas e ilustrativas de la personalidad de Víctor Vázquez, que es polifacética, entusiasta, vital, abierta. Dejó caer que está trabajando en estos momentos en tres novelas, que esperamos vean la luz, una detrás de otra, aunque no hay que descartar por la personalidad del autor que aparezcan a la vez: sería una originalidad más de las que reconoce el autor que está plagada su vida. Como cuando reconoció que un amigo le había dicho: “Víctor, tú vives en otro mundo, y de vez en cuando bajas a la realidad”.
Vivimos frescura, ilusión, entusiasmo, vitalidad. Escribir y leer son dos actividades que deberían abundar más. Víctor Vázquez es un personaje imprescindible.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.