Los números 1 en la lista de Vox para el Congreso de los Diputados por Cádiz, Alicante y Castellón son militares de alta graduación, generales retirados. Por Cádiz, el general Rosety, de la Marina; por Alicante, el general Manuel Maestre, del Ejército del Aire, por Castellón y el general Alberto Asarta, del ejército de Tierra.
No van en un lugar cualquiera de la lista, van de número uno. Y obsérvese que un general es de Tierra, otro del Aire y otro de la Marina: por tierra, mar y aire, Vox ha lanzado un mensaje y un reclamo. Y dos de ellos en la Comunidad Valenciana, tal vez opción que Abascal ha meditado y mucho, que es sintomático.
Son decisiones de Santiago Abascal, apuestas seguro que muy meditadas por su parte. En Vox reconocen que las expectativas electorales, reflejadas en diversas encuestas y sondeos, son grandes, pero que carecen de candidatos propios, de una mínima estructura de partido para presentar unas listas que, en efecto, sean de renovación y novedad, sin caer en presentar resabiados o descartados del PP ni en cabezas de lista desconocidos o sin tirón.
Conocí, en mis años universitarios en Zaragoza, a bastantes cadetes de la Academia General Militar, y con el tiempo también a profesores de la Academia, a quienes denominaban “protos”. Hice buenas amistades entre todos ellos, de las que me honro en decir que mantengo. Creo conocer bastante la idiosincrasia militar.
Los cadetes en Zaragoza tenían un ingreso muy duro. Para ingresar en el Selectivo, se presentaban más de 6.000 aspirantes -habiéndose preparado durante uno o dos años en una academia especializada particular- de los que entraban 800, y sólo 400 pasaban a la Academia General Militar, redondeando cifras. Había muchos cadetes procedentes de la Comunidad Valenciana, no sé cuál es el origen de los actuales cadetes.
Ya entonces, y ahora, siento especial afecto por los militares. En muchos de ellos predomina una vocación de servicio, sacrificio, lealtad y disciplina, dando prioridad a valores morales.
Un general tiene una experiencia larga, digna de tener en cuenta. Tienen una formación muy amplia. Tienen experiencia de organización y de asumir responsabilidades. Pero están acostumbrados al “orden y mando”, y en la política –más ahora– predomina el diálogo, saber negociar. Pueden estrellarse.
Alguien me decía que un general recibe y genera órdenes, hay una cadena de mando, y que los partidos políticos son otra cosa: ¿acaso en los partidos políticos no se ha puesto de manifiesto que manda solamente uno, que confecciona las listas sin rodeos, como han hecho Pedro Sánchez, Pablo Casado, Albert Rivera, Pablo Iglesias y Santiago Abascal? La designación “a dedo” en los partidos políticos no es democrática, digámoslo abiertamente.
Relatado mi afecto hacia los militares, que tres candidatos al Congreso sean generales retirados no me parece buena opción. Un buen general no tiene por qué ser un buen político. Tal vez Vox no ha encontrado otros candidatos, con distinto perfil, pero probablemente ha buscado este perfil de tres generales retirados. Tienen una carrera militar brillante. Como están retirados, no tienen nada que ganar ni perder con su aventura parlamentaria, no tienen ataduras, y probablemente les han reavivado que el momento político actual les necesita por su vocación de servicio a España. Y han aceptado.
Si el motivo es atraer el voto del Ejército y las fuerzas de seguridad –y su entorno familiar y social-, yo creo que lo tiene bastante asegurado sin poner a tres generales. Entre los militares hay un extendido malestar por los desaires continuos de Ada Colau, la tibieza y tardanza de Mariano Rajoy por aplicar el artículo 155 en Cataluña, los recortes en gastos de defensa, y un largo etcétera.
¿Gana algo Abascal con tres generales a la cabeza? A muchos no-militares asusta la “manu militari”. A quienes ya le van a votar, no necesitaban tres generales encabezando listas, les confirma en su opción; a quienes tenían dudas si votar o no a Vox por el motivo que fuera, el hecho de presentar tres generales como número 1 puede echarles hacia atrás. Habrá que esperar resultados, votos, y será difícil evaluar si Vox ha acertado con esta decisión.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.