Yolanda Díaz, ministra de Trabajo y vicepresidenta segunda del Gobierno, está poniendo nervioso al Gobierno, al PSOE, a Bruselas, y a casi todo el mundo. Además, el hecho de que se le reconoce como la política más valorada en los sondeos –política y políticos, incluyendo hombres y mujeres, para que nadie se moleste– le ha dado todavía más seguridad y protagonismo.
La ministra se va saliendo con la suya, sumando éxitos para su carrera. No parecía que se fuera a subir el Salario Mínimo Interprofesional, los empresarios aduciendo que mejor hacerlo en 2022 y ahora centrarse en recuperar el empleo y la economía, y Díaz lo logró.
Está aprovechando su cargo para impulsar su carrera política, con un hipotético Frente Amplio que englobe a Podemos, Izquierda Unida, Compromís, Más País, Ada Colau, y algunos más. Hasta está logrando que algunos hablen de cambiar sus siglas para incorporarse a ese proyecto electoral con la mira puesta en 2023, incluida la propia Yolanda Díaz, que se permite avisar de que ella puede irse si no cuajan sus proyectos. En pleno ascenso, se permite hasta avisar.
Tengo un amigo murciano que le gusta decir: “Tensar, no, lo siguiente…”. Pues así está actuando Yolanda: se queda corto el verbo ‘tensar’. Su última apuesta es que Pedro Sánchez pilote y lidere la reforma laboral: no quiere que Nadia Calviño ni nadie esté por encima, salvo Pedro Sánchez.
¿Por qué Pedro Sánchez? Porque le interesa a Yolanda ser interlocutora prácticamente de tú a tú, la imagen de que ella acuerda las cosas con Pedro Sánchez, de igual a igual, como si ella fuera copresidenta, que eso es lo que busca ante la opinión pública.
Por otra parte, sabe la ministra de Trabajo que tiene a los sindicatos a favor. Por eso, Pedro Sánchez y Nadia Calviño están sudando la gota gorda.
Sin embargo, pienso que Yolanda Díaz es tan lista que tiene muy asumido que no se puede –ni le interesa– romper la baraja ahora. Ni a Pedro Sánchez le interesa que el Gobierno salte por los aires ahora, porque el PSOE está intentando rehacerse, ni a Yolanda Díaz le interesa, porque necesita un tiempo para levantar Podemos, labrar su prestigio político creciente, configurar un Frente Amplio para 2023… e intentar ser ella la presidenta del Gobierno.
Yolanda Díaz va a seguir apretando hasta límites desconocidos. Ojalá no se pase en su ambición, y que no anteponga sus proyectos al bien de la sociedad española, ahora agobiada por una salida de la pandemia que, como era de prever, no es tan optimista como predecía el Gobierno.
Llegaremos a 2023 con este Gobierno. Aunque no lo parezca, es también el objetivo de Yolanda.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.