Los españoles tenemos un mal concepto de los políticos, gobiernen o estén en la oposición. Tenemos fundadas razones para ello. No es momento de insistir en esta realidad, porque ahora nos encontramos en unos momentos de crisis sanitaria, laboral y económica, y los políticos son los que son, los que hemos elegido, aunque abunden los que argumentan que “si llego a saber que Pedro Sánchez pactaría con filoetarras e independentistas, no le voto”, pero era evidente que, por su trayectoria política y personal, Sánchez pactaría. Sinceramente, cuando votamos hemos de atenernos a las consecuencias.
Algunos se aferran a la hipótesis de que las ayudas de la Unión Europea hagan saltar por los aires a Pablo Iglesias, y Pedro Sánchez tenga que verse obligado a buscar otros socios de gobierno. Personalmente, Pablo Iglesias está tan feliz de verse como vicepresidente que opino que tragará todo lo que tenga que tragar, pese a sus postulados populistas, con tal de seguir en el poder. Desde luego, como no ha hecho nada por las residencias de la tercera edad pese a ser su competencia y asumir la responsabilidad estatal de modo expreso y solemne, cansado es imposible que esté: tiene fuerzas para seguir intrigando desde dentro del Gobierno.
Estos políticos son los que nos gobiernan. Desearíamos otra realidad, pero la realidad es tozuda, y ha llegado la hora de sumar fuerzas para reconstruir la maltrecha España.
La nefasta gestión que ha hecho el Gobierno en la pandemia arroja la misma conclusión: hay que ponerse, por parte de todos, el “mono de faena”, que no excluye la exigencia de responsabilidades en los tribunales. Políticos que gobiernan y políticos que no gobiernan deben arrimar el hombro para adoptar o apoyar las medidas que favorezcan la reconstrucción del país.
La calidad política y humana no se improvisa, es cierto. También es cierto el aforismo de que “a la fuerza ahorcan”, de modo que la hora actual requiere que todos los políticos estén a la altura de lo que necesitamos los ciudadanos, y se alejen de sectarismos o réditos electorales.
No hay que olvidar que un político está en campaña electoral permanente, sobre todo en países como el nuestro en que abundan los políticos profesionales de la política, que no han hecho nada de entidad en su vida profesional, y que, por conservar la “poltrona” política, están dispuestos a todo o casi todo. O, como dice un médico amigo mío, “en la política están los fracasados profesionalmente”; algunos ni han tenido tiempo de fracasar, porque no han intentado nada, y desde los 20 años viven del partido.
Sé que es mucho pedir, que mi petición es casi utópica, pero ojalá la situación invite a cambiar a los políticos, buscando el bien del país en estos momentos angustiosos y no el cálculo electoral de si una propuesta la hace el PSOE, el PP, Podemos, Vox o Teruel Existe. Si una propuesta de cualquiera de ellos se considera acertada, ojalá la apoyen los demás, se lleve quien se lleve el mérito mediático de ser el artífice o no. Especial responsabilidad tienen el PSOE y el PP, pues representan a la gran mayoría de los españoles.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.