Verónica Ruiz, la concejala de Compromís que acapara desde hace tiempo buena parte de la información municipal y de las conversaciones de los castellonenses, está batiendo récords, no precisamente de popularidad. No sé si tiene una personalidad que disfruta con las tensiones que crea, que necesita llamar la atención, o acata directrices de su partido. Para colmo, dice que está “perpleja” por la polémica suscitada por los libros de temática LGTBI que ella adquirió y distribuyó en 11 institutos de Castellón, perpleja por la decisión judicial que ordenaba la retirada de los libros y perpleja porque haya personas que no estén de acuerdo con ella.
Ahora que el juez titular ha permitido que esos 32 libros estén en los centros escolares, para que jóvenes de 12 años adquieran unos conocimientos más que polémicos, con insultos a religiones y eclesiásticos, narraciones e incitaciones sexuales, la concejala ha adquirido aire de triunfo. Dice que la democracia ha ganado. Es mejor que espere a ver cómo acaba esta historia de los libros, porque Abogados Cristianos ya ha dicho que va a recurrir y muchas AMPAs coinciden en que no son libros para centros escolares.
Verónica Ruiz se escabulle para decir cuánto ha costado al ayuntamiento esa adquisición de libros. Es cierto que ha dado una pista: 6 lotes de más de 100 libros, y sugiriendo un precio de 15 euros por ejemplar. Por tanto, unos 10.000 euros. Muchos castellonenses se preguntan por qué no gastar esa cantidad en otras necesidades más urgentes: están indignados, con razón. Todos estamos de acuerdo en respetarnos, pero diversas expresiones de esos polémicos libros no respetan, entrando a detallar actos sexuales o castigando a las religiones, con expresiones barriobajeras o impensables en un hogar. Los autores, a veces, faltan al respeto; la concejala, adquiriendo esos libros, está faltando al respeto a miles de familias.
Concejala de Feminismos, Memoria Democrática, LGTBI y Cultura. Empeñada en la retirada de la Cruz del parque Ribalta. Empeñada en una revisión del callejero “franquista” con gran polémica. Empeñada en unos libros con abundancia de expresiones y relatos al margen de la temática LGTBI. Si Compromís piensa que con este modo de actuar polémico gana votos, sugiero que se lo plantee. Basta ver los votos que obtuvo en 2015 y los obtenidos en 2019: el respaldo ciudadano disminuyó notablemente. Sea cual sea el motivo, una petición: que piense en el bien de los castellonenses y no en gastos sectarios o innecesarios.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.