Se dice que todos llevamos dentro un seleccionador de fútbol y un presidente del Gobierno. Con Rajoy es mucho más complicado acertar, pero voy a arriesgar.
En la formación del Gobierno que está previsto que hoy sepamos, hay unas coordenadas que sirven para especular: lograr cierto consenso con Ciudadanos aunque no entre nadie del partido de Rivera en el Gobierno, el problema de Cataluña, lograr una cierta “apertura” incorporando a algún independiente, y tener a la vista la necesaria renovación del PP con gente joven.
Con Albert Rivera es muy factible que deshoje la margarita con algún ministerio y nombre, con la habilidad de tantearle con varios nombres posibles que a Rajoy parezcan todos bien, y que Rivera se decante por alguno de ellos. Descarto totalmente que haya en el Gobierno alguien de Ciudadanos, aunque a Rajoy le interesaría, ya que las críticas que vaya recibiendo ya no estarían polarizadas en el PP solamente, pero a la vez a Rivera no le interesa, porque habrá un desgaste, que no le interesa.
El problema de Cataluña no es sencillo. Como ministro de Interior, ha de ser alguien con experiencia probada y de la máxima confianza de Rajoy. María Dolores de Cospedal puede ocupar esa cartera, por su experiencia en el propio ministerio. Jorge Fernández lo veo amortizado. A la vez, ha de nombrar algún ministro catalán: Alicia Sánchez Camacho tiene muchos puntos.
Incorporar algún independiente no es tarea fácil. Basta recordar el “fichaje” del turolense Manuel Pizarro y cómo chirriaron en el PP con sus planteamientos, para acabar arrinconándole del todo: una lástima. Pero alguna persona de prestigio contrastado en el ámbito empresarial podría tener su sitio, alguien que –como Pizarro – no fíe su futuro profesional a la política, sino que tenga un retorno fácil a su ámbito profesional si fracasa en el político, o sólo dura unos pocos años. Un independiente o dos que hablen con claridad a Rajoy, que trasladen la realidad socioeconómica y laboral con la experiencia diaria, no pergeñando medidas de despacho. También sobre esto puede haber hablado Rajoy con Rivera.
La necesaria renovación del PP con gente joven tiene nombres, tales como Pablo Casado y Andrea Levy, a los que no los veo de ministros, pero sí con buen recorrido en el seno del partido, con Rajoy al frente o con uno distinto. Han de curtirse y esperar. Casado, especialmente, comunica bien, sintoniza con el voto joven, aporta frescura: su sitio está en el PP.
Soraya seguirá como vicepresidenta. En Sanidad podría figurar el valenciano Rubén Moreno, médico y con experiencia en ese ministerio, además de servir de interlocutor real con Isabel Bonig y el PP valenciano, que se está rehaciendo y aspira a ser pronto un granero de votos y diputados para el PP nacional como lo fue en otro tiempo, una vez depurados todos los casos de corrupción. Pero el PP valenciano no debe parece como estigmatizado o “apestado”, conviene que vea alguna señal de apoyo. Y veo hueco para la aragonesa Luisa Fernanda Rudi.
Luis de Guindos seguirá en Economía, por sus buenas relaciones con Europa, tan importantes en momentos como el actual, en el que la obligatoriedad de hacer nuevos recortes necesita interlocución de alta calidad. Jorge Moragas puede ver recompensada su tarea. Rafael Catalá seguirá como ministro de Justicia. Fátima Báñez tiene un hueco asegurado.
Y no creo que Rajoy cree ministerios nuevos como Cultura, Servicios Sociales o Turismo, como algunos demandan. Los “gestos” no van con Rajoy, sino la eficacia real, y son áreas que pueden seguir dependiendo de otros ministerios.
Estas líneas tienen mucho de aventuradas. La ventaja es que en unas horas sabré si intuyo, como algunos líderes me han expresado en estos días, algo, mucho… o casi nada.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.