Un ganadero de Badajoz, al que conocía, por falta de rentabilidad económica, ha abandonado su explotación ganadera y ha llevado sus vacas al matadero. No ha podido aguantar más. Nadie puede soportar el trabajar perdiendo dinero. Mi amigo ha seguido el mismo camino que están siguiendo miles de campesinos en España; las malas políticas nos están arruinando. Además no hay mucha esperanza de cambio, las elecciones han pasado, y todo apunta a que va a seguir igual.
Este artículo va dirigido a aquellos agricultores ignorantes, que con su voto a partidos que apoyan el Globalismo y el falso medio-ambientalismo, contribuyen a la ruina del Sector Primario.
No me refiero con “ignorantes” a aquellos que carecen de preparación académica, sino a los que tienen desinterés por la información que les afecta y en especial a quienes la desprecian por motivos ideológicos.
Con el nombre genérico de agricultor, me estoy refiriendo a agricultores, ganaderos y pescadores; a gente del Sector Primario
Aunque este artículo va dirigido al agricultor ignorante, justo este, no lo va a leer, y caso de que lo leyera, me pondrá una etiqueta que le auto justifique para no reflexionar, ni analizar nada de lo que digo, en busca de la verdad.
El agricultor ignorante es así de simple: el mundo de las ideas lo reduce a meras etiquetas que le orienten sobre lo que debe y no debe creer. Por más que le mientan, antes cree al político del partido de su corazón, al que vota con independencia de las propuestas agrícolas que lleve, que a otros agricultores que intentan advertirle de los males que se avecinan de la mano de dicho partido. Es la pasión futbolística llevada a la política; es del PSOE o del PP del mismo modo que se es del Barça o del R. Madrid.
El agricultor ignorante, sobre todo, está orgulloso de su ignorancia. Además es egoísta: aunque a él no le vayan las cosas bien, se alegra de que a otros le vayan peor; también es individualista: no suele ir a manifestaciones y se auto justifica diciendo que no sirven para nada; y caso de no ser individualista es manipulable, ya que no le interesa informarse de las tablas reivindicativas para ver las soluciones concretas que se piden, y es conquistado por los eslóganes simplistas y genéricos pero engañosos cómo: “por unos precios justos”; “en defensa de la agricultura”; “salvemos la agricultura”… acudiendo, por tanto, a aquellas grandes manifestaciones convocadas por quienes posturean defender al agricultor, pero que en realidad solo piden pequeños parches o humo cegador.
Escribo estas reflexiones con la esperanza de que cambies, porque tú, agricultor ignorante, eres el culpable de nuestra situación y con tu voto contribuyes, no solo a tu ruina, sino también a la de todos.
Desgraciadamente, de un tiempo a esta parte, los mayores problemas de la agricultura nos llegan desde las decisiones políticas, por ello, cuando no estamos en periodo electoral, tenemos que combatir esas decisiones políticas para que los partidos políticos que las llevan comprendan que deben cambiarlas, pero cuando llegan elecciones es el momento de analizar que han hecho y que llevan en sus programas electorales para poder elegir bien.
Básicamente, el “globalismo” y el “falso medio-ambientalismo”, están llevando al colapso a la agricultura europea y más concretamente a la española: los agricultores abandonan sus tierras; los ganaderos sus explotaciones ganaderas; y los armadores sus barcos de pesca. Según estadísticas del Ministerio de Trabajo cada año unos 2.600 agricultores autónomos cierran sus explotaciones por la pérdida de rentabilidad y el exceso de burocracia. El Censo Agrario 2020 del Gobierno corrobora el envejecimiento de la población agraria nacional con una media de edad de 61,4 años, que lidera la Comunidad Valenciana con 64.4 años, y una falta de relevo generacional muy preocupante, ya que tan solo el 3.8% de los agricultores tiene menos de 35 años.
Estos datos del propio Ministerio de Agricultura debieran de encender todas las alarmas, en cambio las políticas que se están siguiendo desde el Ministerio son de más globalismo, apostando por la ratificación del acuerdo comercial con MERCOSUR, y más restricciones de falso medio-ambientalismo como: la prohibición de fitosanitarios, la reducción de fertilización por ley o la nueva PAC de los eco regímenes, condicionando el cobro de parte de la PAC a la imposición de unas prácticas agrarias, que según ellos son más sostenibles medioambientalmente, pero no solo no lo son, sino que encima son menos sostenibles económicamente para el agricultor, que en muchos casos prefiere no cobrar esa parte de las ayudas.
Partido Popular y PSOE han sido los que tradicionalmente, en el Parlamento Europeo, han votado a favor de estos tratados comerciales internacionales con países inadecuados que nos crean una competencia desleal con la que es muy difícil competir. Estos tratados los firmaron con los ojos vendados, sin realizar un adecuado análisis de impacto y violando el Principio Básico de la PAC de la Preferencia Comunitaria; ¡qué difícil se me hace creer que no sirvieran a algún interés económico!.
Nuestro presidente, Pedro Sánchez, es el gran impulsor del Tratado de MERCOSUR, que tanto perjudicaría a la agricultura y ganadería europea por ser Argentina, Uruguay, Paraguay y Brasil, grandes productores agrícolas y los primeros exportadores mundiales de todo tipo de carnes. En Abril de 2021 VOX lanzó una PNL en la comisión de agricultura del Congreso en contra de los acuerdos comerciales y en contra de MERCOSUR, que fue votada en contra por todas las formaciones políticas.
A esta competencia desleal de productos agrícolas llegados desde países no socios, ha venido a unirse el postureo político de la UE de un falso medio-ambientalismo que destruye la agricultura, perjudicando también al medioambiente, según informe del JRC, órgano científico de la Comisión Europea, que el Vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Europea, Frans Timmermans, guardó en un cajón, para que los eurodiputados no vieran su voto influido por este informe.
Así fue como PP, PSOE y todos los partidos de izquierda españoles votaron el Green Deal y sus dos nefastas estrategias: Estrategia por la Biodiversidad y Estrategia de la Granja a la Mesa; tan solo VOX votó en contra.
Si el globalismo de los acuerdos internacionales nos robaba la Preferencia Comunitaria, el falso medio-ambientalismo se la regala a los no socios, ya que se trata de una serie de limitaciones a nuestra agricultura que no tienen obligación de cumplir los no socios.
La deriva medioambiental europea la podemos resumir en la famosa frase del Vicepresidente Ejecutivo de la Comisión Europea Frans Timmermans, más conocido como “Mister Green Deal” de “Europa será verde o no será”, el problema es que, las medidas que están tomando, con la excusa verde de la sostenibilidad y la resiliencia, en realidad nos llevan al colapso económico y a una mayor contaminación ambiental y paisajística. Todo un postureo indecente en beneficio de los nuevos negocios de las elites: las energías renovables, el nuevo modelo de alimentación a base de insectos y el Libre Comercio Mundial.
¿Y Cuál es el origen de este postureo verde en donde el ciudadano europeo deja de ser la prioridad y la preocupación de los políticos para convertirse en parte del problema? La agenda 2030 de la ONU y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. Nuestra queridísima Unión Europea, es la más devota del Dios Clima y cumple a rajatabla los 17 mandamientos de su Biblia: Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, pero sobretodo los cuatro ODS que afectan a la agricultura: “Agua limpia”; “Consumo y Producción Responsables”; “Acción por el Clima”; y “Vida en Ecosistemas Terrestres”. Todos ellos justificados por el principal dogma de esta nueva fe y tópico clave en las restricciones a la agricultura: el gran fraude del CO2 Antropogénico como responsable de ese “horrible” calentamiento global. Sobre este aspecto no hay consenso científico, pero no se permite el debate ¿por qué será? A excepción de VOX, todos los partidos políticos españoles con representación parlamentaria son partidarios de la Agenda 2030.
De todo el planeta, únicamente la UE está implantando con Estrategias, Directivas, Reglamentos y Leyes esta nueva religión, el resto del mundo, parece que son como creyentes no practicantes. De ser el CO2 el culpable, ¿cómo puede Europa que tan solo es responsable de un 7% de las emisiones humanas de CO2, corregir el rumbo del cambio climático, si encima lo basa todo en restricciones a la agricultura, que tiene un saldo positivo con la atmosfera?
El creyente más devoto de esta nueva religión ha sido el Gobierno Español del Presidente Sánchez, siendo el gobierno que más espacios a declarado en Red Natura 2000, cerca del 30% del territorio Nacional, espacios en donde se ponen limitaciones a la agricultura. También nuestro gobierno ha conseguido la medalla de oro en la especialidad de derribar embalses y azudes para una supuesta mejora de la biodiversidad de nuestros ríos: 108 de los 256 derribados en Europa son españoles en el 2021 (MITECO no ha publicado los datos de 2022, sabe que este dato alarma a la gente). Toda la izquierda es partidaria de reducir regadíos ante la sequía y liberar de “obstáculos” los ríos, por el bien de una supuesta biodiversidad. La derecha, en cambio, apuesta por una mejor gestión del agua y la construcción de embalses y trasvases que ayuden a conservar nuestros regadíos.
Somos también, con una esperpéntica ley de “bienestar animal” y la inclusión del lobo en el LESPRES ( Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial ), los primeros de la clase en protección de la fauna salvaje, que tanto daño hace a las explotaciones agrícolas y ganaderas. La izquierda ha llevado adelante estos dos nuevos perjuicios a la agricultura y la ganadería.
Nuestro gobierno, el que algunos habéis votado, ya tiene aprobadas un paquete de leyes para implementar en nuestro país las dos estrategias del “Green Deal” europeo: Ley de uso sostenible de los fitosanitarios, para reducir el uso de fitosanitarios atándonos las manos frente a las plagas; Ley de nutrición de suelos sostenible, para reducir fertilización que provocará una disminución de la producción; una ley para reducir los antibióticos que provocará más dificultad en el control de las enfermedades de los animales; y la ley para controlar todas las anteriores a través de un cuaderno digital. Estas leyes también tienen el beneplácito de todos los partidos a excepción de VOX.
Por último, este mes de Julio se ha votado en Europa la nefasta “Ley de Restauración de la Naturaleza”. Con esta ley se pretende restaurar las zonas protegidas declaradas en Red Natura 2000, eliminando de ellas la actividad agraria y ganadera, pero en cambio se permite la instalación en dichas zonas de parques eólicos, plantas fotovoltaicas y valles de Hidrogeno verde, todas ellas con sus toneladas de cemento; placas de bisilicio; espejos; infraestructuras; y gigantescos molinos, que van a arruinar el paisaje de nuestros entornos naturales, mientras que la agricultura y la ganadería están en armonia con la naturaleza. Esta hipócrita ley fue votada por toda la izquierda española. Y aunque PP y VOX votaron el contra, 30 diputados europeos del grupo popular no acudieron a la votación y 21 la votaron a favor. No hay que olvidar que la popular alemana Ursula Von der Leyen, Comisaria Europea, es la madre del Green Deal, y la Ley de Restauración de la Naturaleza es la que da cuerpo a su Estrategia por la Biodiversidad. Los populares simplemente han postureado, pero su propósito siempre fue la aprobación de esta ley.
La única ley votada en contra por VOX y que muchos venden como buena para la agricultura es la “LEY de la Cadena Alimentaria” que prohíbe la venta a perdidas. Pero esta ley ni funciona ni funcionará, porque no se pueden fijar unos precios a nuestros productos por encima de los costes de producción mientras se permita la entrada de esos mismos productos desde países en donde los costes de producción son muy económicos, por lo que nuestros productos se quedarían con el precio fijado, pero sin recoger. Y así es como los agricultores firman los contratos a sabiendas de que venden por debajo de sus costes de producción, sin que haya habido, en dos años de funcionamiento de la ley, ni una sola sanción por vender por debajo de costes.
Por mucho que se me cuelgue una etiqueta por todo lo dicho, la independencia es contar la verdad sin ningún tipo de limitaciones. Y sin duda alguna, el problema ideológico lo tiene, quien no creyendo mi información, la deseche sin comprobarla. Callarse la verdad en pro de un postureo de neutralidad, aparte de hipócrita, es perjudicar al Sector. Lo que está claro es que igual que ahora sale un partido beneficiado, si sus políticas cambian, tendrá toda mi crítica y mi desprecio; no hay que defender ideologías, hay que salvar la agricultura española.
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Víctor Pascual Viciedo Colonques es Presidente de la Associació de Llauradors Independents Valencians (ALIV)