He estado pocas veces en Galicia. Sin embargo, en esas semanas acumuladas, he podido comprobar que es cierto que la idiosincrasia gallega es enigmática para los que no somos gallegos, porque los gallegos se mueven como pez en el agua en lo que a los demás nos desconcierta o no acertamos a calibrar.
Dos anécdotas de mis estancias en Galicia, que corroboran la lógica gallega y el desconcierto de los que no lo somos. Iba con un gallego en coche, para ir a Santiago de Compostela; llegamos a un cruce y yo no sabía en qué dirección seguir, pero el copiloto gallego no dudó, afirmando la ruta, y no logré que me explicara por qué él lo sabía si no había ningún cartel. En otra ocasión, al preguntar si habría Misa a las 11, me contestó otro gallego: “Ayer hubo”. Desde luego, o uno está avisado ante estas respuestas, o tiene que estudiar algo de lógica.
Ante las elecciones autonómicas gallegas del próximo 18 de febrero, un político ha manifestado su perplejidad ante las encuestas, en concreto por un dato. Más de la mitad de los entrevistados se inclina por un cambio, pero el 70% da por segura la victoria del PP.
Todas las encuestas arrojan el resultado de una quinta mayoría absoluta de los populares, a excepción –una vez más– de la del CIS de Tezanos. Alfonso Rueda seguiría siendo el presidente de la Xunta y el auge de BNG, con Ana Pontón, en perjuicio del PSdeG, resulta evidente.
Sumar dice que sus encuestas internas le otorgan 1 ó 2 diputados, que podrían inclinar la balanza hacia un cambio de gobierno, un nuevo tripartito nacionalista-izquierdista en España, en este caso de BNG, socialistas y Sumar. Resulta también curioso que, siendo gallega Yolanda Díaz, y habiendo vivido en Galicia prácticamente toda su vida –o tal vez por eso mismo, como apuntaría algún gallego-, pueda ser irrelevante el 18-F, quitando votos y opciones a otros partidos de izquierdas, y probablemente no sacando ningún diputado.
El CIS otorga al PP un 42,2% de los votos, entre 34 y 38 diputados. La mayoría absoluta está en 38. Sin entrar en las técnicas de Tezanos, mucha casualidad es que otorgue el máximo de la previsión precisamente en la cifra que otorga la mayoría absoluta, para “animar” a las izquierdas a votar, a movilizarse, a ver factible que el PP deje de gobernar. A Sumar le concede opciones para 1 diputado, y a Democracia Ourensana otro diputado.
Tezanos contradice todas las encuestas. Prevé que las izquierdas obtendrán entre 35 y 42 parlamentarios. Claro estímulo para movilizar a indecisos, sin profundizar ahora en la profesionalidad de la encuesta del CIS, vuelve a ofrecer serias lagunas.
GAD3, por ejemplo, en una encuesta para el diario “ABC”, otorga al PP entre 39 y 40 diputados. Curiosamente, ligeramente por encima de la mayoría absoluta. GAD3 falló el 23-J, en las elecciones generales, no percibiendo el cambio de voto de la semana previa, movilizando a un electorado que se “asustó” ante la posibilidad de un Gobierno PP-Vox. Ahora, en las elecciones gallegas, se juega el merecido prestigio logrado en otras muchas encuestas, pero un nuevo fallo le haría mucho daño.
Los enigmas gallegos son muchos. Más de lo que parece. Desde fuera no se percibe una mayoría que desee un cambio de Gobierno, pese al auge del nacionalismo de BNG, también porque el PP en Galicia ha captado votos nacionalistas estos años con la política lingüística gallega y un gobierno con sentido común, sin estridencias, que no gustan a los gallegos.
Siguiendo con los enigmas, si todas las encuestas dan mayoría absoluta al PP, a ver si los gallegos no votan de acuerdo con esas previsiones demoscópicas. En todas las elecciones, se afirma que la única encuesta válida es la de las urnas, y es cierto, tal vez más en el caso de las gallegas.
Lo previsible, lo lógico, las encuestas, destilan en el caso de Galicia un grado más de imprevisión y de enigma. Por eso el PP llama a no confiarse ante el resultado de las encuestas, y Tezanos avisa de que puede haber relevo… si los gallegos quieren. Y a fecha de hoy no sabemos lo que quieren: lo dirán el 18-J. Y quedan todavía diez días.
Javier Arnal Agustí es Licenciado en Derecho y periodista.
Escribe, también, en su web personal.