Valorar los resultados de unas elecciones es un ejercicio complicado pues depende en gran parte de las expectativas que se hubieran creado. En este caso, en las europeas recién celebradas se había llegado a barruntar que el PP rebasaría al PSOE en diez puntos y en más de 15 escaños.
Se había llegado a tal conclusión sobre la base de que un presidente que hubiera cometido tal cúmulo de tropelías como regalar la soberanía del Sahara, malquistarnos con Argelia y de paso también con Israel, Argentina e Italia, premiar a Hamas con el reconocimiento de una Palestina que aún no es un Estado, amnistiar a los golpistas catalanes, tener a la familia más próxima investigada por tráfico de influencias y por evasión fiscal, por fuerza tenía que llevar al Presidente y a su partido a una hecatombe electoral. Tendría sentido en la mayor parte de democracias pero ya sabemos que Spain is different y que unos cuantos millones de españoles votarían a Begoña y a su marido aunque -como decía Tramp- se liaran a tiros con los paseantes por la Gran Vía madrileña.
No han sido diez puntos de ventaja pero han sido cuatro, 700.000 votos y ello a la par que Vox reforzaba su número de votos y a su derecha nacía una nueva formación, Se Acabó La Fiesta (SALF) que alcanzó nada menos que tres escaños, tanto como la muy aireada Sumar, más que Podemos. Todo el conjunto daba a la derecha una clara superioridad sobre la izquierda lo que no es de extrañar ya que ello refleja la clara tendencia que se ha dado en toda Europa, muy especialmente en Francia, en Italia, en Alemania, Austria, Países Bajos, Bélgica y en Hungría hasta el punto que lo que hoy se llama la derecha radical representa un 15% de los escaños del Parlamento europeo. Particular revés se ha llevado Macron que se ha visto más que duplicando por LePen lo que ha forzado al Presidente francés a disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones legislativas.
Aunque a escala europea el PPE ha vencido ampliamente, aun no es posible decir si la Sra. Van der Leyen seguirá al frente de la Comisión o no. Sus 186 escaños quedan lejos de la mayoría necesaria (361) y ni siquiera un pacto con los socialdemócratas, como se ha producido en otros momentos, le sería suficiente. Será necesario esperar y ver con que partidos es capaz de alcanzar esa mayoría. Quizá ha llegado el momento de aceptar a la derecha radical y a partidos que puedan coordinarse con ésta. Una gran coalición en Europa aquí no nos conviene ya que no hace sino reforzar el sanchismo.
A escala nacional y aunque esperáramos una victoria aún más abultada, no cabe dudar que Feijóo ha derrotado una vez más a Sánchez. Y van muchas veces; todas menos las catalanas y las vascas.
Es cierto que las europeas no mueven pasiones. Apenas han convocado al 50% del electorado y tras el 9J seguiremos soportando al Sanchismo sobre la espalda durante algún tiempo. En realidad su permanencia no dependerá tanto de la habilidad estratégica de la oposición sino de la quiebra de los apoyos de sus inestables y decadentes socios. De momento Yolanda ha dimitido (aunque no de su cargo de Vice y de su coche con chofer) y los vapuleados Puigdemont y Junqueras parecen querer entenderse para desbancar a Illa.
Aunque ya sabemos que por mal que les vaya con Sánchez con nadie les irá tan bien como con él.
Imagen: LEVINLAB/ABC
Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho.
Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993.
Primer Embajador de España en Macedonia en 1995.
Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.