MAGNICIDIOS

Ha pasado una semana desde que Trump sufrió el atentado que ha ocupado portada durante estos siete días. Si la intención del asesino fue quitar de en medio al candidato republicano, el resultado está siendo justo el contrario. Trump se encuentra cada día más reforzado no solo por las fragilidades mentales de su oponente sino por la propia glorificación derivada del atentado del que salió vivo, como él mismo repite, por la voluntad del Dios Todopoderoso.

Se pensaba hasta hace poco que solo dos personas podían convencer a Biden de la conveniencia de su abandono: su esposa Jill y el expresidente Obama. En estos últimos días, éste se ha sumado al grupo de demócratas que considera oportuna la retirada. Solo la esposa y un círculo demócrata cada vez más reducido mantienen aún su postura y quizá solo por escasas horas.

El principal problema del relevo es que en este momento, a cuatro meses de las elecciones, cualquier candidato sería probablemente batido por Trump y con ello arruinaría su carrera política con miras a 2029. La única posibilidad sería recurrir a la vicepresidenta Kamala Harris que, en todo caso, ha llegado al máximo de sus posibilidades como vice, un cargo en que no ha resultado precisamente espectacular.

Con Biden o sin él, cada vez parece más evidente que Trump va a volver a la Casa Blanca, acompañado por un joven candidato a la vicepresidencia -James Donald Vance (39), senador populista por Ohio- todavía más radical que su jefe.

Lo que pueda ocurrir a partir de 2025 si el líder republicano recupera el mando será analizado en su momento. Los pronósticos son muy pesimistas particularmente en lo que se refiere al compromiso americano con la OTAN, con Europa en general, con Ucrania en particular y con los movimientos migratorios hacia los EEUU, amén de con el cambio climático.

Una reflexión sobre los magnicidios recientes, sin olvidar los cuatro presidentes estadounidenses asesinados y los cinco españoles (todos estos a manos de anarquistas, separatistas y etarras). Los dos intentos más recientes en EEUU afectan a dos republicanos, Reagan y Ford. Si observamos otras partes del mundo, las agresiones recientes más notables fueron contra Aznar, contra Juan Pablo II, los primeros ministros japonés Shinzo Abe y eslovaco Fico, el expresidente brasileño Bolsonaro. Y el propio Trump.

¿Qué tienen en común todos ellos? Dejando aparte al Santo Padre, a quien no me atrevo a calificar ideológicamente aunque parece seguro que el atentado procedía de la URSS, todos los restantes casos se trataban de políticos conservadores, liberales, republicanos "Made in USA", es decir, personas de derechas.

Sorprende que no se haya insistido bastante en este punto ya que la izquierda vive en la fantasía de su superioridad moral pero lo cierto es que son ellos los que han recurrido con mayor frecuencia a la violencia cuando la línea política de su rival no era de su agrado.

Esa debe ser la razón por la que, en el caso Trump, los medios informativos en España insistieron en subrayar que el tirador Thomas Crooks estaba inscrito como votante republicano, aunque parece ser que contribuía económicamente en favor del partido demócrata. Una cabeza claramente desajustada.

Sería muy conveniente que la política y los que a ella se dedican bajaran el diapasón de sus debates y sus campañas. Pero entretanto, que refuercen sus medidas de seguridad, en particular si son de derechas.

  • Jorge Fuentes Monzonís-Vilallonga es Master en Ciencias Políticas y Económicas y Derecho. 
    Diploma de Altos Estudios Internacionales. Embajador de España en Bulgaria en 1993. 
    Primer Embajador de España en Macedonia en 1995. 
    Embajador de España en Bruselas WEU en 1997, entre otros cargos.